viernes, 20 de marzo de 2015

Lluvia

Hace dos tardes, probablemente una de las que más ha llovido en el año, tuve la valentía de lanzarme a la calle.
El día había sido ajetreado. El Planeta, a esas alturas de la rotación, apenas llevaba moviéndose  once o doce horas desde que me puse en pie, y no sé por qué, tenía la sensación de que mi cabeza le llevaba  ventaja al astro madre en ese aturdidor ejercicio de girar: madrugón, compras, casa, paraguas, lluvia…
De repente, en un momento que no podría situar en la esfera del reloj que siempre va conmigo, el coche quedó perfectamente aparcado, las luces apagadas y la llave girada. Entonces, como en los encantamientos y los sortilegios, el mundo se paró.
Note que el viento hacía notar su presencia sutilmente, quejándose con un gruñido desvalido. La lluvia, como un animal salvaje, se adueñó ferozmente del silencio. Su repiqueteo me transportó a una tediosa tarde de verano y al teclado de una vieja máquina de escribir. QWERT…POIUY transcribía sobre el techo del coche, escondiéndome tras un manto líquido que se volvía cada vez más denso. Y la melancolía, un sentimiento al que siempre recordaba triste, por primera vez en mi vida, me hizo sentir bien.

Todavía no puedo explicar qué pasó. Reconozco que ni siquiera me gustaría entender qué ocurrió en aquel útero materno en el que el tiempo se descontó. Sólo sé que allí, a cubierto y a salvo de todos los males urdidos, fui, de repente, extremadamente feliz. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Lunes

¿Preparados para ir a por el el lunes? ¿No?
Pues no hay más remedio. Así que no olvidaros de "supervitaminarse" y "mineralizarse".  No creo que haya nada más gratificante en el mundo que salir a "comerse" la vida.

domingo, 8 de marzo de 2015

Hace unos días, en una de esas charlas en las que disfruto debatiendo y de las que siempre salgo con algo aprendido, un amigo se quejaba de que las mujeres tuviéramos un día señalado en el calendario. ¿Y por qué no los hombres?, argumentaba, ¿es que no nos lo merecemos?
La verdad es que en parte lleva razón. En estas cuestiones, le decía yo, siempre pagan justos por pecadores, y es una realidad que cuando se generaliza, se comete una injusticia. Ni por desgracia todas las mujeres son dignas de tener un día, ni afortunadamente todos los hombres pueden ser tachados de machistas o contribuyen a que se siga propiciando la desigualdad. 
Ojalá, le contestaba yo, ojalá llegue el momento en que no haya que celebrar el día de la mujer, ni el de la infancia, ni el del cáncer, porque eso sería señal de que hemos conseguido el equilibrio entre géneros, la cura de las enfermedades y la sociedad perfecta.
Pero es evidente que aunque ambos sexos hemos sufrido por culpa de unos roles que vienen establecidos desde antes de que fuéramos "Historia", tenemos que enfocar las reivindicaciones y los recordatorios hacia el débil, hacia aquellas que todavía hoy en día siguen sufriendo discriminación en el trabajo, en la vida social, y lo que es peor y más doloroso, en la familiar.
"Qué lentitud conduciendo, mujer tenía que ser".
"No, no, yo todavía barrer, anda, pero la plancha, eso es cosa de mujeres".
"Para pasar esta entrevista necesitamos otro dato: ¿Tiene novio? ¿Piensa tenerlo?"
"Mi pareja es muy celoso, pero es porque me quiere"
"No puedo ir con vosotras, a mi marido no le gusta que esté en la calle de noche".
Este es el día a día de muchísimas mujeres. Y no son, porque no quiero entrar en el tópico, ninguna de las que salen a diario en la prensa, muertas en medio de la calle a manos de alguien a quien posiblemente amaron. Hablo de las que todos conocemos, de las que son nuestras amigas, nuestras madres... mujeres a las que vemos desenvolverse, resignadas porque siempre le han dicho que es que la vida es así, orgullosas (porque además es justo que lo estén) de su magnífico papel de madre, hija, esposa, amiga, enfermera, profesional en su trabajo...pero a las que a veces se les olvida dónde dejaron un día de hace tiempo, la palabra libertad.
Hoy es el día de recordar ese sacrificio, esa forma de afrontar los problemas, ese valor tan femenino para plantarse ante la vida de frente. Por todas y para todas me uno a la festividad del almanaque. Les deseo mi más sincera felicitación a aquellas a las que no conozco, pero de forma muy especial, a esas que forman parte de mi vida: a mi madre y a mis tías que se reúnen para reírse de cuando no estaba bien que entraran solas a un bar, a mis hermanas y mis cuñadas que están empeñadas en educar a sus niños y niñas en la igualdad, y en especial a mi hija y a todas mis sobrinas, a las que quiero, por encima de todo, libres.
Muchísimas felicidades. Estoy muy orgullosa de vosotras.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Aquí y Ahora

Hoy he asistido a una conferencia titulada "Aquí y Ahora".
Me apetecía tanto por el tema y por la ponente, que me he tomado un día de vacaciones y me he sentado expectante en el Centro de Congresos de mi ciudad, con mi amiga Mónica, a escuchar lo que una persona con un curriculum maravilloso a sus espaldas en temas de Igualdad, venía a contarnos dentro de los actos conmemorativos del Día de la Mujer.
Ana Alonso Lorente, Presidenta de la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias, Presidenta del Consejo Social de la Universidad de Cádiz, entre otros muchos cargos, nos propuso viajar con ella a través de la Historia, para descubrir el papel que la mujer ha jugado en la sociedad durante los distintos períodos en los que hemos dividido el tiempo. 
Ha sido un rato ameno, interesante. Todos los presentes hemos sobrevolado, de su mano, por las cuevas del Paleolítico, la Grecia de Aristóteles, el siglo XIX o lo que hoy nos ha tocado vivir, buscando la huella que las mujeres han ido dejando a través de los siglos. Ha dibujado un paréntesis en la vida cotidiana de cada cual, para ayudarnos a entender de qué manera, unos roles establecidos siguen causando un daño profundo a ambos sexos, ocultando bajo un velo opaco a las mujeres y atrapando a los hombres en una red de demostraciones de masculinidad y obligaciones de protección que ellos mismos han urdido. 
Pero además, para mí la conferencia ha sido hoy muy especial. En un primer momento, que la ponente ha dedicado al agradecimiento, a la felicitación por el trabajo en Igualdad de la corporación,  y a la alegría que ha sentido al reencontrarse con personas a las que ya conocía. ante mi sorpresa más absoluta, en esa enumeración  la he oído decir: y con la escritora de La Isla M. Carmen Orcero, cuyo libro "El suave olor de las magnolias" recomiendo porque lo he leído y me ha encantado.
Creo sinceramente que en ese momento, el auditorio entero ha girado dentro de mi cabeza. Delante de su experiencia, de su trayectoria profesional y de su elegancia me he quedado pequeñita sentada en aquel sillón. Y por eso estoy aquí, porque me encantaría hacerle llegar mi agradecimiento.
Querida Ana: creo sinceramente que son estas cosas pequeñas las que hacen grandes a las personas. Hay que conocer tu curriculum profesional y la valía que tienes en el mundo en el que te mueves, para entender el orgullo que me ha producido no sólo el hecho de que hayas pronunciado esas palabras en voz alta, sino también ese "de verdad,lo he disfrutado mucho",  que me has regalado después en privado. Gracias, de corazón. Sabes que sin ninguna duda formarás parte de ese tiempo para recordar del que últimamente hablo mucho.
Un beso enorme.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
UA-11714047-1