viernes, 28 de febrero de 2014

Qué sabe nadie

No me gusta ser chauvinista.
Creo, con toda sinceridad, que demuestra muy poca inteligencia el que piensa que lo suyo, lo local, las características más particulares del lugar donde vive, son lo mejor del mundo, lo único verdaderamente bello o digno de ser considerado importante. Siempre he pensado que lo que demuestran esas palabras en boca de quien las dice, es que no ha salido mucho de ese círculo al que pondera. Sólo hay que dar un paso fuera de tus propias fronteras para admirar (boca abierta incluida), las maravillas que el hombre o la naturaleza son capaces de proporcionarnos.
Pero hoy es un día especial y tenéis que permitirme que me convierta, aunque sea por esta vez, precisamente en eso que os he dicho que no me gusta ser. Hoy es el día de Andalucía, y yo soy andaluza. No sé si eso me ofrece una excusa suficiente para hablar de mi pueblo y de mi gente, sin caer en la comparativa burda ni en el tópico discurso del: pues yo más. Pero es que hoy es el día de defender a los míos y de ponerme por mantilla la bandera blanca y verde que representa a mi esencia.
Para los que no la conozcan, Andalucía fue fundamentalmente tierra de cultivo y mar de pescadores. Por aquí pasaron tantos y eran también tantas sus vivencias, que esa amalgama de formas de pensar, filosofías y credos nos han convertido en un pueblo acogedor y hospitalario. Es el propio clima cálido, agradable, de soles brillantes y brisas frescas, el que nos ha hecho sabios. Porque aquí, en Andalucía, la gente vivimos en la calle, compartiendo conversación, cruce de ideas y sabiduría popular con el vecino de enfrente, el vendedor de cupones o el médico de cabecera. Da igual. Al andaluz lo que nos gusta es escuchar y que nos escuchen; enseñar y aprender cada uno dentro de sus posibilidades, poniendo el punto a las ies con un diagnóstico, con un refrán o con un verso.
Pero no hay que olvidar que somos mucho más que eso, a pesar de que durante mucho tiempo no ha convenido que se sepa. Andalucía es una región puntera en investigación (o al menos lo era antes de que el terremoto de la crisis hiciera pedazos nuestros cimientos), con una comunidad universitaria de prestigio y gente joven que sabe lo que quiere, que tiene formación suficiente para representarnos y que, aunque en el fondo de la garganta lleven ese deje andaluz que es nuestro y del que no tenemos por qué sentirnos avergonzados, saben exactamente dónde se colocan las eses. 
No ha sido fácil el camino para mi Andalucía, y probablemente nunca lo será. A los gobiernos centrales siempre les ha ido bien considerarla el chalecito de veraneo para desconectar del tráfico de Madrid, o una extensión de tierra en manos de cuatro gatos,  un sitio donde se come muy bien. A ellos tengo que decirles que aquí estamos a pesar de los pesares. Aquí seguimos, dándole al mundo pequeñas lecciones de solidaridad, de tenacidad y de lucha; apostando por un futuro que para nosotros siempre ha estado negro, y vistiendo de alegría nuestra propia tristeza. Qué sabe nadie...
Felicidades, andaluces. Como dice una frase popular: "Ni siquiera elegimos nacer aquí, lo nuestro ha sido suerte".

viernes, 14 de febrero de 2014

CUPIDO

¡Pobre Cupido!....Si no tiene bastante con pasarse la eternidad escuchando deseos y convenciendo a indecisos, encima, al pobre chaval le asignan un día de calendario para servir de publicidad en la venta de anillos, corbatas o tartas de chocolate en forma de corazón. Qué dolor de criatura...qué responsabilidad más grande para un ser tan pequeño.
El chiquillo algunas veces se queja, y mira que es bueno. Claro, llega al Olimpo, y allí que desde que Grecia dejó de ser lo que era está todo el mundo en paro, lo que hay es una juerga diaria. Es lo que dice Cupido: "¿de ustedes no se acuerda nadie? Porque mira que estáis haciendo falta por ahí abajo". 
Yo, que lo escucho y me solidarizo con él, pienso que allí en el Olimpo lo que no hay es ganas de trabajar. Fíjate nada más en Hermes... el dios de los ladrones. Ese en España...vamos, hay que tener mala suerte para dedicarse a eso y no encontrar un trabajo. Tiké, diosa de la suerte. Por favor, si no hacemos más que jugar a la lotería de Navidad y el reintegro lo perdemos en la del Niño. ¿No podría venir ésta para aquí abajo? Zeus, dios del trueno...¡hombre! ese lleva unos días fastidiando. Vamos, por decir, creo que le han hecho un contrato basura. Seguro que está cotizando dos horas y echa veinticuatro en negro.
Ya le ha dicho Cupido a Afrodita que haga el favor de echarle una mano. ¡Si tú eres la diosa de la lujuria -le dijo el otro día indignado- y la mitad de los que compran el corazoncito lo que están buscando ya sabemos lo que es! Pero nada, oye, que se hace la tonta. Le dice que sí, que lo comprende todo pero que está "mu decepcioná", que ya no es lo mismo que antes, que desde que hay cine porno a ella no la invoca nadie...En fin...que no hay manera. 
Hasta Dionisio, el del vino, que estaba con él en la cola de las reclamaciones, le daba la razón con la cabeza. "Esto es injusto", decía. "Aquí estoy yo, que vengo a ver si puedo cambiar las uvas estas que me han puesto en la mano por unos arándanos, un  rebujo de hierbas o un palito de canela que es lo que la gente le echa ahora al gin tonic". 
El sindicato tampoco le ayuda. Lo único que le ha dicho es que mientras que no haya convenio nuevo, no tiene nada que hacer. Fíjate tú. Dicen que el Olimpo se formó en el principio de los tiempos y éste sigue cobrando lo mismo...¡No le queda "...na"!
Viendo que lo suyo no tiene arreglo, esta mañana Cupido ha vuelto a coger las flechas, el arco y toda la parafernalia con la que tiene que volver a venirse a la Tierra. Hoy es el día del amor y en el fondo a él le gusta su trabajo. Es una fecha tonta, comercial. Lo sabe Cupido y también lo sé yo. Pero en el fondo, pienso que a todos nos apetece seguirle el rollo a esta historia aunque sea sin compras desaforadas ni tarjetitas cursis. Creo que siempre es bueno tener una excusa bonita para hacer un alto en el camino. Siendo la vida como es, no imagino que haga daño dedicarle una sonrisa al amor,  al que es, al que un día fue o al que será, dependiendo de por donde ande cada uno. Es bonito saber que está, que hay veces que los planetas se alinean y las estrellas se juntan. Es una maravillosa sensación, ver el mundo a través del fondo de unos ojos que no son los tuyos.
Que haya suerte, Cupido.

martes, 4 de febrero de 2014

Diez años

He leído que en estos días Facebook cumple diez años en la red.
No puedo evitar sonreír cuando recuerdo la sensación extraña con la que  me acerqué a aquel mundo. Como el pobre gato al que inmortalizó la curiosidad, no pude resistir la tentación de comprobar por mí misma, si era cierto ese cúmulo de emociones que decían mis amigos que sentían. Me parece que noto aún el atenazante nudo de los prejuicios y el encogimiento de nariz de los remilgos con los que me asomé, hace ya más de cuatro años, a ese lugar que quería saber la fecha de mi nacimiento, el colegio donde había estudiado y un sinfín de intimidades que al principio me costó mucho "soltar".
Ahora, a cuatro años vista, tengo que reconocer que facebook se ha convertido en mi cotidianidad. Es como la plaza del pueblo con su reunión de comadres, la biblioteca y su ficha de préstamo que me contaba quien leyó el libro que me llevaba a casa, o el bar de la Facultad, donde tenía la certeza a un simple golpe de vista, de si el moreno del jersey de rayas estaba en su hora libre o la rubia de las botas de ante se había "fumado" la clase de latín.
Tengo que reconocer que la época ha sido intensa. Son muchas las satisfacciones que me ha proporcionado este sitio web, red social o "cosa rara", como queráis llamarle al invento. Sé que probablemente habrá muchos detractores de esa puerta de entrada a los secretos del alma. Los entiendo y los respeto. En mi defensa, sólo puedo contarles que navegando por el azul acuoso de Internet, he vuelto a encontrar a los amigos que creía perdidos a lo largo de la geografía del país o a lo ancho de la bruma que provoca el paso de los años. Con ellos me fui topando a medida que pasaban los días, con la intención sincera de saber de su presencia, de darle al "me gusta" de sus vidas para recordarles que no hace falta compartir la mesa de los sábados ni la afición de los domingos, que a través de este invento fantástico es fácil hacer un clic y evocar aquella vez que dividimos lágrimas o sumamos risas.
A lo largo del tiempo compartido entre juegos adictivos y citas de escritores que sentencian la vida, he visto muchas formas de integrarse en esta red. Están los más atrevidos, a los que no les importa mostrar su universo tal cual es, con la imagen de la playa por la que la pasean o el verso que describe el vacío que quedó en su corazón. Pero también los hay que ni siquiera ponen su nombre y te dejan un mensaje divertido donde dice "oye, que la bruja piruja no soy otra que yo".
Creo francamente que no hay más que pedirle a la red, porque no hay otra cosa mejor en el mundo que gente con la que compartirlo. Cada uno trae consigo sus bondades, sus maldades, su forma de dibujar el sendero por el que camina. Para mí personalmente Facebook ha sido todo un descubrimiento, un hueco en el que sé que siempre hay alguien, el lugar de reunión de mi pandilla, un soplo de aire fresco. 
Feliz cumpleaños. Y que sean muchos más.
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