domingo, 30 de mayo de 2010

LOS GRADUADOS

Esta semana pasada mi sobrina Elisa, María la hija de mi amiga Mª Carmen y supongo que la mayoría de sus compañeros de vida se han graduado como bachilleres.
Cansados como están de este último mes de locura, estas pobres criaturas tienen que enfrentarse ahora a la Selectividad, palabra fea donde las haya que todavía provoca en mí un ligero temblor en las manos y que me trae el espeso recuerdo de aquel "vivo sin vivir en mí" que soporté cuando no hubo más remedio que hacerlo.
Sin duda ellos son los que tienen que pasar por la prueba y ellos son los que tienen que decidir que harán a partir de ahora con el resto de sus vidas. Pero sé de buena tinta que el momento es duro también para los padres que estos días parecen cargar a sus espaldas con el peso de una vida que no es suya pero que duele mucho más que la propia.
El panorama que Europa dibuja no está para nada coloreado del rosa del final de los cuentos y debe ser muy difícil disimular el desaliento, mientras se tararea la canción de la esperanza que nunca podemos dejar que falte en la vida de alguien que empieza y se bombardea con el sonido de la bala del cañón de la realidad traicionera, en los mástiles del barco de los sueños de tu hijo.
Probablemente la mayoría aspiran a carreras que no tienen futuro profesional aunque suenen a gloria por la exquisita construcción de su nombre. Seguramente muchos de ellos sabrán ya de antemano que el pistoletazo de salida nunca sonará en sus oidos por la diferencia vertiginosa de una décima en la nota.
Me provoca pesadillas pensar solamente en enfrentarme al momento "consejo" y a la pura realidad de que son sus deseos los que despegan y de que ya van teniendo edad para ser sus propios dueños.
Espero, queridos papás que las hadas repartan suerte para estos trocitos de vosotros mismos que están ya preparando las alas y de verdad les deseo, con el trozo del corazón que reservamos para ellos el mismo día que abren los ojos que salgan para adelante en la carrera de obstáculos que les depare la vida, que el ambiente de crisis no se coma sus esperanzas por estrenar y que el destino les recompense, enormemente, el esfuerzo.
Suerte en la vida a los hijos y un abrazo de solidaridad para los padres.

miércoles, 26 de mayo de 2010

EL LOBIZÓN

Cuando trabajas con la "Historia", una de las referencias que nunca puedes dejar de lado en la investigación son las llamadas fuentes orales. Esta denominación tan académica consiste ni más ni menos que en la recopilación de aquello que se ha ido transmitiendo de padres a hijos a lo largo de los siglos, una información que probablemente nunca haya sido recogida en ningún documento de archivo, libro de cuentas o testimonio gráfico, pero que forma parte de lo que en el pueblo siempre se ha sabido, de lo que un vecino creyó que vió o de una canción de cuna, tarareada en susurros rítmicos por una joven mamá.
Es evidente que estas fuentes tienen que ser siempre tomadas con cautela porque en este tema del boca a boca es donde mejor se representa aquel juego del teléfono que nos gustaba tanto de pequeños, cuando de la primera frase cuchicheada al oido de un compañero, se hilaba toda una historia que acababa en la última oreja, la mayoría de las veces sin sentido y por supuesto sin mantener ni siquiera un parecido razonable con la intención original.
Así es como se han ido forjando las leyendas, los mitos y la magia a través del tiempo: donde el abuelo vió un perro, el hijo vió un lobo y el nieto, el más imaginativo, se fijó en que el animal presentaba cierto aspecto humano.
Y a partir de ahí, el engranaje de la rueda ya no puede parar, la leyenda nace primero local y luego la transportamos con nuestras maletas y en nuestros barcos de conquistas y nos la llevamos a otros países donde será recibida y adornada con nueva sabia para continuar su camino en la imaginación de los hombres y las pesadillas de los niños.
Siguiendo el ejemplo anterior, es fácil comprobar que el lobo-hombre europeo, aquel al que parodiaba La Unión, se convirtió con el descubrimiento y la colonización de América en el "lobizón," una mezcla de perro y cerdo en la que tiene que transmutarse, porque así lo obligan siglos de magia, el séptimo hijo varón de cada familia, al que para redimir de dicha penitencia podremos tratar según el país del que seamos compatriotas, llamándole Benito (no me pregunteis por qué) o convirtiendo al hermano mayor en su padrino, costumbre con fuerza de ley en Argentina, donde Perón concedió el padrinazgo moral del Presidente de la Nación a todos los séptimos hijos de familia.
Cuántos nombres de leyenda han sido el orígen de una investigación o de alguna tesis y cuántas fábulas de las que contamos a nuestros niños para dormir han sido recitadas ya en este mismo espacio y este mismo aire por alguno de nuestros antepasados.
Aunque en el cole fuera un rollo saberse los reyes godos, no me negareis lo bonita y lo curiosa que es nuestra Historia.

viernes, 21 de mayo de 2010

ENTRE DOS MARES

Queda bonito decir que Cádiz está entre dos mares. Y es cierto que tengo testigos de la verdad que encierra la afirmación. Sí, sí dos mares: la mare que parió al levante y la mare que parió al poniente.
Esos dos vientos que desde siempre han sido nuestra bendición y a la vez el peor de nuestros castigos, andan desde que los conozco a la gresca, empeñados en el eterno pique de secar el espejo rosado de nuestras salinas, de llevarse consigo la contaminación negruzca de unas fábricas que ya no producen y de volvernos medio locos con el agotador soniquete de sus silbidos.
El poniente es un viento fresquito. Lo notamos sobre todo en verano aunque ande resoplando todo el año. Parece como si en invierno estuviéramos hechos a la idea de que es la estación en que toca sentir frío y eso es lo que hay, pero cuando llega en verano, a los gaditanos nos entra una especie de desasosiego. Por una parte viene bien, al menos para descansar un poco de esas noches de calor que a veces nos desnudan de sueño. Pero si dura más de lo que es pausible o si empieza a soplar pegadito ya a septiembre, uf…qué mal rollo, a ver si es que esto se está acabando…
El levante en cambio es nuestro motor. Y digo nuestro motor en el sentido más literal de la palabra porque el amigo levantito, como lo llamamos por aquí, es capaz de subirte un palmo del suelo con la fuerza de Schwarzenegger y el descaro inocente de un niño.
Esta semanita nos ha tocado volar. Está siendo una de esas veces en las que los de por aquí, nos asomamos al mapa clarividente del señor que nos lee el futuro después del disgusto del telediario y decimos todos a coro, como si de un rezo o una invocación se tratara: ¡vaya tela marinera! Y es porque abajo, donde España se hace estrecha, unas rayas negras como la pena nos anuncian a bombo y platillo que sería bueno hacerse con un anclita, que tenemos que ajustarnos los cinturones, dentaduras postizas o cualquier otro atributo que tengamos poco sujeto porque a los indios no se les ve, pero lo que es de flechas…tenemos el mapa lleno.
Hace unos días fui a comer a un restaurante y el camarero, un chaval muy simpático, nos hacía algún comentario que otro mientras dejaba los platos. Por el habla, con todas las eses magníficamente pronunciadas, enseguida nos dimos cuenta que de muy cerca no era. En un momento determinado el muchacho nos preguntó: este viento ¿cuánto dura? El pobre lo decía con las rastas del pelo de punta. Es que no soy de aquí y yo me encuentro malísimo.
Yo miré a mis compañeros de mesa con lágrimas de dolor y en sus ojos, en todos los ojos acuosos pude percibir la misma respuesta envuelta con los lazos dorados de la misma compasión: ¡qué verano te queda, compañero…!

lunes, 17 de mayo de 2010

EL APAGÓN

Hay épocas, cuando nos cansa y nos agobia el estrés diario, en las que más de uno hemos pensado que todo se lo debemos a esta vida ajetreada que nos ha traído la tecnología y la revolución industrial del siglo XX.
Qué fácil ¿verdad? pensamos, sería volver a un tiempo donde las cosas fueran más sencillas y no nos las hubieran complicado tanto con el ordenador de marras, el móvil que ya no nos permite la huída y ese despertador puñetero que nos espabila con una melodía cansina.
Pues bien queridos sufridores, imaginaos por un momento que imitando a las más tópicas y típicas películas yankis del sábado por la tarde, se produjera un total y absoluto apagón en nuestras tecnológicas y avanzadas vidas.
Para empezar, lo primero que haría es darle inutilmente al botón del ordenador pretendiendo indagar en mi gurú de internet la causa de tal despropósito. A continuación, intentaría llamar a una de mis hermanas para pegar la hebra sobre la razón del desastre, intento inútil ya que mi inalámbrico estaría sin señal de forma particular y la línea caída de forma general.
Salir a la calle en busca del lugareño que siempre se entera de todo, supondría bajar a patas todos los pisos que me separan del suelo, viéndome envuelta en este caso en los esfuerzos que estarían haciendo ya algunos de mis vecinos, por sacar del ascensor al que quedó colgado del tiempo en la sorpresa del apagón repentino.
No digamos ya plantearse qué comemos ese día porque claro, el sistema de vitrocerámica que todos tenemos, no hay manera de echarlo a andar sin la chispa correspondiente.
Los platos que puse la noche anterior en el lavavajillas, al que no pulsé para no molestar a los vecinos, me temo que me va a tocar fregarlos con estas manitas y un estropajo, a no ser que jugándomelo a los chinos le toque, con alguna trampa que otra, al bueno de mi marido.
Ni hablemos de las veces que le daríamos como por inercia al mando, a ver que dicen en la tele del desdichado fenómeno. El silencio de la casa me haría pensar que mi hija, sin música, o se ha convertido en budista o la fiebre le nubla el sentido.
No digamos nada si llega la noche a nuestras vidas y el problema continúa. El romanticismo de las velitas se nos agriaría para siempre en la memoria si nos coge sin cenar porque no hay ni pan, sin hielo para la copita que por definición tiene que acompañar a la luz mortecina de la estancia y con la impresión de que tu mejor camisa nunca saldrá indemne de aquel eterno lavado en el que quedó aprisionada.
En fín, señores, háganse con esto una idea de lo que tuvo que ser el mundo de nuestros bisabuelos, cosiendo a la luz de un candil, cocinando a golpe de abanico en el rescoldo y frotando hasta perder las uñas la ropa del hijo soldado que tenía que ir reluciente a cumplir el deber con España.
Me quedo con mi tecnológico y eléctrico estrés.
Dedicado a Laarpía3 ya que ella eligió el tema en la sección Hablemos de

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL VELO EN LA ESCUELA

Me lanzaban dos amigas desde el Facebook y la sección Hablemos de, el reto de dejar mi opinión sobre este tema controvertido y en algunos casos más complicado de lo que pueda parecer.
Como ocurre tantas veces cuando hablamos con pasión de algo que nos gusta o nos enerva, creo que mezclamos conceptos que son independientes y que no tienen por qué estar unidos aunque formen parte del argumento. Me explico.
Una cosa es saber, como todos sabemos, que el velo en el mundo musulmán es mucho más que un elemento puramente religioso. No hay que ser muy listo para entender que detrás de la dichosa prenda hay un pasado de discriminación femenina, de sumisión e incluso de malos tratos. La razón de ser de este "tocado" no es más que la representación material de una costumbre ancestral que prohíbe a la mujer musulmana elegir libremente a su pareja. Cubrirlas y ocultarlas en el fondo del baúl del analfabetismo y de la oscuridad, las "protege" de la atracción masculina a la par que permite a los padres asignarles a su gusto el marido. Una vez casadas, el velo continúa cumpliendo su misión para que el marido impuesto haga el papel que aquí llamaríamos de "macho ibérico" y no se sienta menospreciado por su entorno.
Pero es distinto para mí, una vez que asumimos el orígen del pañuelo, tener claro cómo debemos actuar con estas chicas que vienen a nuestros países y a nuestras escuelas.
En este tema yo soy partidaria completamente de que se les permita entrar cubiertas con su velo. Creo que en Francia se ha cometido un error con la prohibición que a la larga pasará factura. Soy de las que piensan que no podemos llegar como Atila en su caballo, pretendiendo arrasar en un día las costumbres de un pueblo. La falta de educación, el desconocimiento y la discriminación hay que combatirlas con educación, acercamiento y con aceptación del bagaje que la persona trae detrás. Lo único que van a conseguir en Francia es que las recluyan es escuelas privadas islámicas, donde estas chicas nunca van a tener la posibilidad de aprender que el mundo puede y debe ser también para ellas. Probablemente si las mezclamos con nuestros niños y las dejamos mirar a su alrededor desde la familiaridad y la seguridad que les confiere el velo que es lo que conocen, la siguiente generación, las hijas de éstas que ahora son hijas, no llevarán pañuelo a la escuela, probablemente los hijos de éstas que ahora son hijas empiecen, por fín, a ser educados en la igualdad.
No puedo dejar de acordarme de mis tíos de los que ya hablé una vez, emigrantes en los años 60. ¿ Qué hubiera sido de mi tía si los holandeses, tan civilizados ellos, no le hubieran permitido vestir el luto que su corazón necesitaba por la muerte de mi abuela? ¿Era o no era ir de negro durante dos años una discriminación para la mujer de entonces?¿ Cuántos años nos está costando en España que las madres no obliguen a las hijas a limpiar la suciedad y el desorden de sus hermanos varones?
Ahí llevais el debate...

lunes, 10 de mayo de 2010

Aunque no doy por terminado el tema anterior que está resultando muy interesante, no tengo más remedio que interrumpir la emisión, como dicen en la tele cuando dan las noticias importantes, para presentar el nuevo videoclip promocional de Los Hermanos Dalton. Estos chicos vuelven a las andadas con la madurez y la perspectiva que da el tiempo. Como tengo debilidad por el grupo y un cariño especial a los componentes (la voz es nuestro contertulio Josema y una de las defensoras del reciclaje también se deja ver), os lo dejo porque tiene el regusto nostálgico de ser el album de recuerdos de toda una vida. ¡Que lo disfruteis!
Por cierto el 28 de mayo nos vemos en Cádiz en el acústico.

jueves, 6 de mayo de 2010

RECICLAR

Inauguramos hoy con este comentario, una nueva modalidad de tertulia que propuse hace unos días en el blog.
En la sección “Hablemos de…” una parroquiana valiente dejó como sugerencia la posibilidad de que tratemos un tema que está normalmente bien cosido con el hilo de las disputas en las conversaciones de los desayunos de trabajo: el reciclaje.
El asunto en cuestión es uno de esos de los que es difícil disertar con sinceridad porque reconocer ante los demás que da pereza reciclar y andar con la cocina llena de distintos recipientes de colores es tan políticamente incorrecto que a veces cuando tratamos la cuestión, siempre me quedo con la sensación de que hay más de apostura y autoconvencimiento que de verdad en lo que se dice o por lo menos en lo que se piensa.
Realmente este pobre planeta está necesitado de un reciclaje extremo, y creo que aunque la voluntad es mucha, vuelve a ser esta quemazón que tenemos con una Administración que predica para los pequeños lo que luego nunca exige a los grandes, lo que hace que más de uno y más de dos, se planteen si merece la pena el esfuerzo diario de andar discerniendo donde tienes que tirar exactamente el tapón de corcho de la botella que va al verde, o ese papel de cocina en el que no está claro si predomina más la cocina que el papel.
En mi Andalucía, que no sé por qué siempre va a la cola del último, nos falta un color. Al parecer en otras partes de España se usa el contenedor marrón, más puramente orgánico que el gris, desde el que luego se refabrica un material para la agricultura llamado compost, palabra muy de moda y que a mí me recuerda a un tío melenudo que nos enseñaba a cuidar magníficos jardines en el programa Bricomanía.
En fin, no me gustaría hoy definirme en esta entrada. Lo suyo es que sea la persona que propuso el tema la que explique su argumento y su postura. Me retiro elegantemente a los comentarios y dejo en vuestras manos la tertulia.
Hablemos de reciclaje….

domingo, 2 de mayo de 2010

LA PRIMAVERA HA VENIDO

La primavera ha venido y este año todos saben cómo ha sido.
Por primera vez desde que tengo memoria, el buen tiempo no ha conseguido tomarnos de la mano por sorpresa ni asomarse una mañana a la ventana disfrazado del aroma de las flores. Y es que esta vez todos lo estábamos esperando, asomando la cabeza en la tormenta y atisbando entre los negros nubarrones.
Dicen que hace décadas que no habíamos tenido un invierno tan duro.
En esta parte de España, donde estamos acostumbrados a mirar el color del arco iris después de una mañana de lluvia, parecía que nunca seríamos capaces de nuevo de encontrar el sendero que conduce al calor del verano y a la arena de una playa que ha sufrido, como nosotros, de una gripe extraña por la que un día estornudó sus dunas.
Pero el ciclo de la vida parece estar poniendo de nuevo cada cosa en su sitio. El sol ha venido por fín a disculparse, en mi calle huele a playa y a marisma y la tarde reposa entre los parques y en las plazas donde el aire sabe a chuches y suena a juegos.
Hay quien piensa que este año hemos tenido un adelanto de lo que el cambio climático está dispuesto a regalar si seguimos cuesta abajo y sin el freno que un día se llevó la inconsciencia, confirmando en cada gesto la crónica negra de un desastre anunciado.
Yo espero que los pájaros de mal agüero se equivoquen y que la Tierra que es madre nos disculpe los desmanes. De momento, tengo ganas de desperezarme mirando de frente al sol para cargar de energía la batería de mi pobre espíritu invernal. Necesito dejar que el aire me ventile los armarios donde guardo el sentimiento. Es el tiempo de las mariposas, de las flores, de la vida...



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