jueves, 12 de agosto de 2010

EL CARTEL DE CERRADO

Aquí abajo en el sur, cuando llegan estas fechas hay una expresión que se convierte por mérito propio en la salsa de todos los platos y en la protagonista de cualquier situación. Es aquella frase andaluza por antonomasia que hay que decir con ese deje nuestro, tan criticado por tópico o tan mal entendido por muchos que no saben cuánto de tradición, de cultura y de mezcla hay en las dos palabras: ¡qué caló!
Esta forma directa de hablar, sin perífrasis retóricas que disfracen el sentimiento es la forma que conozco más descriptiva y más sincera de poner al corriente a quien te escucha, de que ya no puedes más con la vida, que el cuerpo no te responde y que es difícil pensar en semejante circunstancia.
Es la frase que se dice cuando coincides en el ascensor con un vecino nuevo, al que todavía no conoces lo suficiente como para preguntarle por la salud de sus niños, por la gracia de su perro, o cualquier cuestión banal que te sirva para eludir el corte de compartir ese espacio tan pequeño y ese minuto tan vacío.
Normalmente quien te oye responde de inmediato a la consigna: ¡uf…desde luego, qué barbaridad! Haciendo entender con el bufido que está contigo y que es solidario en esa calor compartida.
Pero además cuando algunas veces vuelve a reinar el silencio y ves que el minuto tenso continúa, retornas a la carga en un alarde de simpatía rellenando el hueco: pues han dicho en la tele que tiene que llegar más “caló” todavía. Atento a la palabrita porque en Andalucía “la caló” tiene nombre propio, femenino seguramente porque ese género la hace más fuerte y sin erre final porque aquí a lo que es nuestro le damos el toque especial que no sabe darle nadie.
Y así vamos pasando este agosto que arde, refugiándonos en un mar que ayer estaba en calma como un plato y viviendo el fresquito nocturno que el mismo mar nos regala cuando “el Lorenzo” se marcha.
Muchas veces he tenido que oír ese otro tópico tan típico de la flojera andaluza y de la siesta. Y ahora mismo que escribo sudando a pesar del ventilador y no son más que las once, me gustaría invitar a algún crítico de esos que hablan, a subirse al andamio de los pintores que están colgando en este momento, de la parte soleada de la fachada de mi bloque.
Esta es la fecha en la que el que puede descansa, preparándose para afrontar un septiembre demasiado templado para volver a ser serios y ponerse corbata. El cartel de “cerrado” que este año por eso de la crisis es más bien “por la tarde cerramos” ya cuelga de más de un establecimiento y las chanclas y el bañador se hacen tan a nuestro cuerpo que cuesta llevar a cabo cualquier otra actividad que no sea hincar la sombrilla u ofrecer tus saludos al sol que nos inunda la vida.
Por eso ésta que está aquí también va a colgar el cartel en el blog. Cerramos por vacaciones pero amenazo con volver. Voy a continuar en mi playa que me queda a un tiro de piedra, y voy a empaparme del mar al que respeto y adoro. Espero que todos a los que ya os considero contertulios volváis por aquí en septiembre. La idea sigue siendo la misma: un rato de charla, conocer mis y vuestras inquietudes y sobre todo hacer amigos, expresando alto y claro como siempre lo que se piensa y compartiendo desde el respeto todo aquello en lo que se cree.
Que cada uno sea lo más feliz que pueda y nos vemos el uno de septiembre.

5 comentarios:

antonio dijo...

La caló, losamigo, alao,estoi macansao....que bonito, que dulce, que agradable el habla andaluza.
Anda que con lo equivocao que andaba desde chiquitito que hablaba mal, que me comia las eses y que ni terminaba las palabras.....comprado con las otras diferentes hablas en el territorio nacional, por mi madre que me quedo con la mia.
Y si amiga, cerrado por vacaciones, que mas que tenia que poner el cartel es:
Cerrado por la caló!.
Un beso y feliz vuelta.
Antonio

Anónimo dijo...

pos nada hasta septiembre,por cierto "que caló"

Unknown dijo...

Me dará mucha pena de que sea septiembre cuando vuelva a entretenerme con la tertulia, porque me encanta el verano. Un besote a todos pasadlo bien que queda muy poquito.

Lou dijo...

jajajajaa

Hola Mamen, yo encima digo.. qué caló por dió!!, porque aunque ahora vivo en Alicante, sigo igualita, andaluza hasta la sepultura en todos los aspectos.

Un abrazo!!

Mamen Orcero dijo...

Bienvenida Lourdes, y es verdad cuando queremos perpetrar la frase y hacer entender a los demás que ésto es lo máximo que podemos soportar, los andaluces añadimos "por dió". Ja, ja...

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