Miedo me da presentarme de nuevo
ante vosotros, teniendo como sé que tenemos que afrontar este septiembre que
llega oliendo a tormenta y augurando la pena negra de un rescate, una subida
brutal del IVA que no sé cómo vamos a poder sobrellevar y otra serie
interminable de anuncios catastróficos que me han hecho sentir de nuevo como en
aquella época de mi vida en la que estos días de atardeceres fresquitos me
revolvían el cuerpo por dentro, con la presentación de un nuevo curso y el olor
a libros nuevos.
Pero, en fin, aquí estoy,
desperezándome todavía de la flojera del calor y empezando a recoger los restos
de este verano que ha sido, por culpa de la dichosa crisis, más tranquilo de lo
que me hubiera gustado, enjuagando el cubito de coger cangrejos y limpiando la
palita de buscar tesoros.
Tengo la impresión de que algo ha
cambiado en mí en estos días. Releo mis últimas entradas y me doy cuenta de que
andaba yo muy indignada con el gobierno que nos gobierna y con el panorama
planteado. Ahora, debe ser por el relax del sol, me siento igual de indignada
pero más resignada. Creo que el mecanismo de defensa del cerebro racional ha
vuelto a salir en mi ayuda ante las luces de alerta, y después de oír el
vocerío y examinar los semblantes, ha vuelto a apoderarse de mí esa dulce sensación
de lo irremediable que es como un bálsamo a pesar de ser injusta, una especie
de droga que sé que es mala y hace daño, pero que ahora me permite tomar el
aire que antes no respiraba.
Sinceramente creo que España no
tiene remedio. No puede tener remedio un país donde se roban miles de euros y a
pesar de las sentencias, algunas veces de cárcel, nadie devuelve nada de lo que
ha mangado del erario público. Mucho revuelo, muchas cámaras de televisión y
más de un debate con tertulianos gritones, pero al final, todo va pasando, las
voces se van acallando y el personaje de turno aguanta el tirón mediático para
irse luego a descansar a Las Bahamas o a pasar un tiempecito a la sombra de una
celda donde seguro será tratado con honores de cinco estrellas.
Y mientras que todos los poderes,
esos que separó la Constitución, participan a gusto del circo, se cargan las
tintas contra los más débiles: parados, inmigrantes, jubilados… Esto es de
locos y como tales tenemos que vivir, porque a pesar de que hay voces que dicen
que hay alternativas a la locura, siento que el elogio a la razón ya no se
lleva en este país por el que campa a sus anchas la injusticia.
Mientras, yo me he sumergido un
poco más de lleno en la literatura, quizás porque cuando la realidad es complicada viene bien recogerse en el mundo de
los sueños, así que ya os iré contando mi experiencia en los certámenes de
literatura por los que ando concursando y, si queréis, siempre si queréis, os
contaré que he escrito una novela para completar el ciclo…sí, el ciclo, como el
Rey León, aquel de plantar un hijo, parir un árbol y escribir un libro ¿o no
era así?
11 comentarios:
¡Qué alegría ver que algo se mueve en tu blog, Mamen!
Me alegro de ello.
Cuando llegue septiembre todo será maravilloso. No, no es que te quiera llevar la contraria, es que es el título de una canción de mi lejana juventud:
http://www.youtube.com/watch?v=mdrw8-3TnGE
¡¡Bienvolvida!!
Gracias Jesús. Es que he estado unos "diillas" desconectada de esto. Era necesario descansar un poco de la escritura, pero aquí estoy a la carga de nuevo.
¡Bienreencontrado!
Hola Mamen, me alegra verte de nuevo por aquí; seguimos con las mismas preocupaciones, creo que vamos a pasar más de un septiembre tormentoso. Mejor será no pensar y disfrutar de las cosas buenas que tengamos a nuestro alrededor, lo del IVA nos tiene indignados y es que no es para menos, cada día que pasa nuestro poder adquisitivo se va reduciendo; En fin, mejor será dejarlo. Espero que estos días te hayan servido para relajarte y cargarte de energía.
Besitos
Bienvenida Mamen, a ver si nos aportas algo de frescura pos verano.
Cuéntanos más del libro que has "plantado".
¡Ea, ya está la Reina en su trono!
Eso, eso digo yo: cuéntanos algo de esa misteriosa plantación de libros, que me tienes en ascuas.Los paperazzis no han publicado fotos tuyas en la playa ni las revistas del corazón cuentan nada. Siempre me pasa lo mismo por bocazas: yo lo cuento todo y a mí nadie me cuenta nada.¡Buhaaaaaaaaaaa,quiero convertirme en gato pa que al menos me acaricien!
wow una novela!! Qué productiva!! La mía no para de coger polvo!! Habrá que ponerse. Me alegra verte con las pilas cargadas!!Descansar siempre viene bien!!
Je,je...parece que hay curiosidad ¿eh?
Bueno pues os lo voy a contar pero creo que la historia de la novela merece entradita aparte, así que en la próxima entrega os lo cuento.
Juan, tú sí sabías algo pero ya contaré un poquito más.
Hola!
Me alegro de que estéis todos otra vez por aquí. He echado de menos las lecturas de el blog. Un besito.
Mar
M. Rosa, verás que tu correo ya sale en su lugar. Gracias por todo. Un beso.
Feliz vuelta y que sea feliz de verdad. Como has dicho, esta situación no nos viene de nueva pero, qué poco nos dejan gozar.
Preséntanos el libro.
Besitos.
Gracias Lola. Te espero como siempre por aquí.
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