sábado, 3 de agosto de 2013

Una lección de vida

Qué curiosa es la vida.
Hay veces, cuando más enfadada estás con el mundo o al menos con una buena parte de él, por mirar hacia otro lado, por sentarse en la poltrona y dejar pasar el tiempo sin hacer nada, de repente llega un ser humano o muchos, como en el caso de la tragedia de Santiago, que se encarga de volver a ponerte en paz con los de tu especie, que se empeña con un gesto en volver a henchirte el corazón, y en hacerte devoto, nuevamente, de la esperanza.
Hace unos días, la solidaridad llamó a mi puerta de una manera sencilla, llevando nombre de mujer y la foto de una cara amable en facebook. Áurea, una señora a la que me unió un día la sombra fresca de un tamarindo en forma de literatura, me pidió permiso para enviarme a mi dirección particular un libro de poemas. 
No solo le di consentimiento, sino que además me sentí abrumada, porque sólo el esfuerzo y el dinero del envío ya es para mí, motivo de agradecimiento y algo digno de ser contado. Pero la sorpresa me la produjo la historia que lleva detrás el libro, los protagonistas del gesto y el fondo que hay junto a ese racimo de poemas.
Áurea vive en Requena (Valencia). Me ha demostrado que es una persona culta, escritora, ávida lectora y por encima de todo, buena. Con el libro que me enviaba, me ha hecho el enorme favor de presentarme al poeta, un señor de ochenta y cinco años, que escribe libros de poemas y los publica en beneficio de la Asociación de Enfermos de Alzheimer y del Centro Ocupacional de Requena. Y a la vez, sin darse cuenta, sin decirlo y sin pretenderlo, su envío me contaba cómo debe de ser ella, que tiene una forma particular y preciosa de colaborar en ese acto solidario, comprando libros y regalándolos a los amigos.
Querida Áurea, no me siento merecedora de haber sido elegida por tu generosidad, pero te lo agradezco en el alma y por eso estoy hoy aquí, desvelando algo que tú haces de forma humilde, pero que creo que merece ser contado y destacado como historia, por encima de tanta fotito de vacaciones en Palma de Mallorca y tanto telediario justificando lo que nunca jamás debería ser justificado. Que pena me da, amiga, que sean ellos los que escriben el futuro y no personas como tú. Cómo sería el mundo de diferente si te dejaran contar tu forma de ver la vida, y te permitieran enseñarles a ser solidarios.
Hoy, como Áurea, a mí también me gustaría presentaros a Leandro Arenas Domínguez, un poeta que escribe a beneficio de los que lo necesitan, un hombre que empieza su libro de poemas llamado "España en verso" con una dedicatoria que me rompe por dentro y me hace pensar, como decía al principio, que existe, todavía, un resquicio para la esperanza:
"A mi esposa, que pasado el umbral
que conduce al más allá,
estará esperándome en las
tranquilas estancias del cielo".

Gracias Áurea, gracias Leandro por esta lección de vida.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravillosa historia Mamen, gracias por compartirla con nosotros y hacernos recordar que hay gente muy buena en este mundo.
La dedicatoria del libro me ha puesto los vellos de punta. Preciosa.

Marcos dijo...

Me ha alegrado mucho tu historia, y mas por tu mención a Requena, muy próxima a Valencia. Siguiendo con el tema de mis "jubilados", no sabes la de gente y agrupaciones desinteresadas con las que me encuentro aportando su solidaridad y lo mas preciado, su tiempo. Es increíble la cantidad de gente buena, y juventud entregada en ayudar. En ellos si se ve un futuro mejor.

aureavicenta dijo...

Querida Mamen.
Sin palabras, amiga...
abrazos.

Chari dijo...

Estaba viendo el telediario que decía que un equipo de futbol ha pagado ciento veinte millones de euros para fichar a un jugador y luego he leido esta entrada.
¿Cuántas cosas se pueden hacer y a cuantas personas se podria ayudar con ciento veinte millones de euros?
Es indignante de verdad, este mundo está loco.

Mamen Orcero dijo...

Creo que es justo reconocer los méritos y el buen hacer de las personas. Hoy era el momento de agradecer.

sickofhell dijo...

Es precioso el gesto de estas personas. Menos mal que aún quedan algunas asi por este mundo tan loco. Un abrazo y muchas gracias por compartir esta historia real con nosotros desde tu página.

Ishtar Sylphide dijo...

Aurea es un tesoro, aparte de ella misma ser una gran escritora hace un esfuerzo diario por promover la labor de otros. En este caso de Leandro Arenas todo merecidamente, tiene una musicalidad y una capacidad versificador increíble. Aurea es una mujer liberada de mente por eso se distingue porque es muy actual y muy presente pero tiene un pasado extraordinario se nota que recibió una educación y tal vez valora mucho mejor por eso su presente un abrazo para las dos Esther llull

Anónimo dijo...

Vicentita es una persona que conozco hace un par de años y si algo tiene es generosidad y un gran corazón.

Mamen Orcero dijo...

Gracias a todos por comentar, en especial a Ishtar y al comentarista anónimo porque veo que conocéis a Aurea y es para mí un placer recibiros por aquí. Un beso y buen verano.

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