A veces tengo la sensación de que los seres humanos nos empeñamos en complicarnos a nosotros mismos la vida.
Como si no tuviéramos bastante con cargar cada día con el peso de las decisiones más o menos acertadas, con el de nuestras acciones que nunca están exentas de daños colaterales y con el etéreo desasosiego del "que hubiera pasado si...", nos hemos inventado el calendario con un día especial dedicado a mirar atrás y hacer balance.
Nos damos a nosotros mismos la alegría mágica de la Navidad: luces, campanitas celestiales, buenos deseos...Y luego, nos dejamos en medio estos días, así como el que no quiere la cosa, con la insana intención de despedirnos de lo que hemos sido durante el resto de la vida y darle la bienvenida a lo que queremos ser a partir de que cambie el número.
A veces el balance es positivo. Hay años que miras hacia atrás y ves que te saludan con sonrisas los deseos cumplidos y la vida bien vivida. Entonces sientes penas de la despedida. Sabes que tendrás que hacer sitio en el baúl de los recuerdos, para todas las sensaciones que fuiste dejando desordenadas por la habitación de la memoria. Se acaba el año y es hora de guardar cada cosa en su cajón, cada emoción en su armario.
Otras veces prefieres no volver la mirada. Es mejor salir de diciembre apuntando solamente hacia delante. Es el número, por su cuenta, el que se ha encargado de quedarse marcado para siempre en el viejo sofá del dolor y la tristeza. Ahí hay poco que decir, sólo esperar que el tiempo que llega sea capaz, como dicen, de ayudar con su lánguido paso a taponar las heridas abiertas.
Un año da para mucho y no creo en las verdades absolutas. Seguramente, todos andemos ya engrasando la balanza donde se pesa lo bueno y lo malo, donde llevaremos a cabo esa aritmética inevitable a la que la mente te conduce el treinta y uno.
Por eso, y por todo lo que os debo, os deseo de corazón que salga positiva la contabilidad de la vida. Ojalá las varitas mágicas de las hadas funcionen después de la última ITV y empiecen a cumplirse, uno a uno, todos vuestros deseos.
Muchísima suerte en la vida que comienza.
FELIZ AÑO NUEVO
5 comentarios:
Mamen todo comienzo lleva en sí la esperanza. Que sea para bien.
Que el balance sea para ti el de un buen año, y el2014 que entra recien horneado te conceda salud, bienestar y nuevos sueños. Besos
Gracias a los dos. Os deseo un buen año.
Prefiero no mirar atrás porque me echo a temblar pero, la esperanza es lo último que se pierde, el próximo va a ser mejor seguro. Feliz 2014 a todos.
Visto desde fuera, creo que el 2013 ha sido un buen año para tí, espero que el 2014 lo sea más. Feliz Año escritora.
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