No me gusta ser chauvinista.
Creo, con toda sinceridad, que demuestra muy poca inteligencia el que piensa que lo suyo, lo local, las características más particulares del lugar donde vive, son lo mejor del mundo, lo único verdaderamente bello o digno de ser considerado importante. Siempre he pensado que lo que demuestran esas palabras en boca de quien las dice, es que no ha salido mucho de ese círculo al que pondera. Sólo hay que dar un paso fuera de tus propias fronteras para admirar (boca abierta incluida), las maravillas que el hombre o la naturaleza son capaces de proporcionarnos.
Pero hoy es un día especial y tenéis que permitirme que me convierta, aunque sea por esta vez, precisamente en eso que os he dicho que no me gusta ser. Hoy es el día de Andalucía, y yo soy andaluza. No sé si eso me ofrece una excusa suficiente para hablar de mi pueblo y de mi gente, sin caer en la comparativa burda ni en el tópico discurso del: pues yo más. Pero es que hoy es el día de defender a los míos y de ponerme por mantilla la bandera blanca y verde que representa a mi esencia.
Para los que no la conozcan, Andalucía fue fundamentalmente tierra de cultivo y mar de pescadores. Por aquí pasaron tantos y eran también tantas sus vivencias, que esa amalgama de formas de pensar, filosofías y credos nos han convertido en un pueblo acogedor y hospitalario. Es el propio clima cálido, agradable, de soles brillantes y brisas frescas, el que nos ha hecho sabios. Porque aquí, en Andalucía, la gente vivimos en la calle, compartiendo conversación, cruce de ideas y sabiduría popular con el vecino de enfrente, el vendedor de cupones o el médico de cabecera. Da igual. Al andaluz lo que nos gusta es escuchar y que nos escuchen; enseñar y aprender cada uno dentro de sus posibilidades, poniendo el punto a las ies con un diagnóstico, con un refrán o con un verso.
Pero no hay que olvidar que somos mucho más que eso, a pesar de que durante mucho tiempo no ha convenido que se sepa. Andalucía es una región puntera en investigación (o al menos lo era antes de que el terremoto de la crisis hiciera pedazos nuestros cimientos), con una comunidad universitaria de prestigio y gente joven que sabe lo que quiere, que tiene formación suficiente para representarnos y que, aunque en el fondo de la garganta lleven ese deje andaluz que es nuestro y del que no tenemos por qué sentirnos avergonzados, saben exactamente dónde se colocan las eses.
No ha sido fácil el camino para mi Andalucía, y probablemente nunca lo será. A los gobiernos centrales siempre les ha ido bien considerarla el chalecito de veraneo para desconectar del tráfico de Madrid, o una extensión de tierra en manos de cuatro gatos, un sitio donde se come muy bien. A ellos tengo que decirles que aquí estamos a pesar de los pesares. Aquí seguimos, dándole al mundo pequeñas lecciones de solidaridad, de tenacidad y de lucha; apostando por un futuro que para nosotros siempre ha estado negro, y vistiendo de alegría nuestra propia tristeza. Qué sabe nadie...
Felicidades, andaluces. Como dice una frase popular: "Ni siquiera elegimos nacer aquí, lo nuestro ha sido suerte".
4 comentarios:
Me siento un poco aludido por lo que dices al principio, pues en mi blog intento reflejar las bellezas, o lo bueno de mi ciudad, pero veo después que es el mismo sentimiento que expresas cuando te refieres a tu Andalucía. También te contaré en cosas malas tenemos carretas, pero ya digo en mi blog que cuento solo lo positivo, porque para llorar siempre hay tiempo. Conozco la mayoría de España y varios países europeos, y en todos los lugares hay maravillas para volver, pero no quita que esté muy orgulloso de lo bueno de mi tierra. Y Andalucía, estoy de acuerdo, tiene de to.
No hombre, Marcos, no te des por aludido. Una cosa es contar lo bueno de tu tierra, y otra es ser intolerante (aunque no te lo creas existen) y pensar que lo mejor del mundo, lo único, es lo tuyo. A esos me refiero.
¡Felicidades, Andaluces!
Yo personalmente me siento muy afortunada de ser andaluza y de poder disfrutar al vivir en Andalucía.
Mi sitio está aquí, aunque por
supuesto, como tú dices, cada lugar que he visitado tiene su encanto y belleza particular.
Felicidades Andalucía.
Mar
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