La tarde de ayer fue importante para mí.
Tuvo todos y cada uno de los ingredientes necesarios para que la receta saliera...no voy a decir perfecta, porque me faltaron en el acto muchas personas que sé que querían estar de corazón, y que por circunstancias o "lejanías" no pudieron; pero creo que puedo decir maravillosa, emotiva...en definitiva, preciosa.
No hubo prensa, boato, trajes de chaquetas azul boda, ni sonrisas ensayadas. Pero tampoco hicieron falta. Me sentí totalmente arropada y completamente acompañada por aquellos que quisieron o que pudieron estar. Eran muchos, y todos entonaron un hermoso canto al cariño, a la familia, a la amistad.
Hoy me siento en ese estado extraño de resaca que se apodera de ti después de los eventos, con la felicidad absoluta de que todo saliera bien, pero con la tristeza de lo intenso del momento, de la cantidad de emociones vividas en un tiempo tan corto, que temo que quizás me dejé a alguien sin querer en el camino, o no agradecí lo suficiente, como hubiera deseado, el placer del rato compartido.
Hubo una anécdota que debo contaros porque os toca muy de cerca a todos los que os pasáis de vez en cuando por aquí. Manolo Romero Oliva, profesor de la Universidad de Cádiz y amigo desde que su hermana y yo nos sentábamos a estudiar en la mesa camilla de su casa, empezó la presentación obsequiándome en público con una bandejita de pasteles. "Ahí los tienes", me dijo en el salón noble del Centro de Congresos de mi ciudad. "Ahora pon tú el café, como prometes en el blog", añadió sonriendo, haciendo referencia a esa frase que os dejé por aquí donde dice "Soy la que pongo el café. Los pastelitos, traedlos vosotros". Sonaron muchas risas que no dejaron que se oyera mi voz. Por lo bajo me prometí, Lolo, que a la siguiente te llevo un termo....ja,ja.
A partir de ahí, qué os voy a contar de las emociones. Se arremolinan todas y cada una de ellas delante de mis ojos y en lo más profundo del corazón. Se suben a la garganta, eh? Se asoman al borde de la sonrisa en un equilibrio difícil de mantener. Qué curioso, ayer me presenté ante vosotros como una escritora y hoy estoy aquí, sintiéndome incapaz de conjugar verbos y dibujar palabras.
Gracias, de nuevo, por todo.
Bueno, no lo he dicho... es que ayer presenté por primera vez "El suave olor de las magnolias".
5 comentarios:
Enhorabuena M. Carmen. Es un placer verte disfrutar de las letras, no sólo por excelente escritora, que lo eres, sino porque además nos haces disfrutar a los demás con tu generosidad. Creo que hablo no sólo por mí, también por el resto de compañeros y compañeras del Colectivo Letras Libres. Un abrazo.
Mi felicitación por tan magnífica presentación y disfrutar con tus palabras unos momentos cargado de emocione , y como tu dices Carmen , La isla no esta muerta , la Isla se mueve y esta viva y todo gracias a personas como tú.
Muchas gracias a vosotros. Os prometo que no era ninguna técnica de venta, hablaba de corazón cuando comenté en la presentación que me siento orgullosa de pertenecer a este mundillo de personas empeñadas en apostar por la cultura. Me encanta la gente vital, con ganas de hacer cosas. Es decir, me encantais...je je. Un beso.
Enhorabuena de nuevo, fue una tarde entrañable y la presentación fue muy amena. La portada de tu nueva novela es¡ tan bonita! y el contenido una delicia. "Tus dos hijos"( literarios me refiero) son diferentes y a la vez te cautivan desde el principio.
De tus hijos biológicos qué te voy a decir, que están guapísimos y muy mayores ya, y que es cuestión de poco tiempo que se hagan famosos con el videoclip.
Un beso muy fuerte.
Gracias Encarni por tus palabras. Siempre tan amable. Qué te voy a decir de tu niños (los no literarios, digo), si están en la edad de comérselos.
Muchos besos y gracias por estar allí. No hubiera sido lo mismo sin ti.
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