Hoy ha sido el día, hoy me he sentado a escribir la carta a los Reyes Magos.
Como todos los años, he utilizado la pluma que pinta las palabras con mimo, cuidando muchísimo que la letra se entienda, que no confunda la vista cansada de sus majestades. La salud, esa la pido en sacos de cincuenta kilos, sin exigencias de embalaje ni lazos dorados; la alegría, el trabajo, hasta una "mijita" de éxito me he atrevido a implorar esta vez. Eso sí, con frases entrecomilladas para que se note el pudor que me produce el encargo.
Al final, sin ideas, muda por la emoción que siempre me produce dirigirme a los tres seres mágicos, me he decidido a plagiar la última frase de la carta de mi sobrino David, que para eso tiene la autoridad moral de ser en estos días lo que a mí me gustaría: un niño. Él termina diciendo, con muchísimo desparpajo: Bueno, Reyes Magos, si todo esto os parece poco, sorprendedme...
1 comentario:
Ja ja ja, tu sobrino David ha estado "sembrao" . Yo también pido mucha salud Mamen, sobre todo salud, pero debo reconocer que también me he pedido alguna que otra cosilla material, no puedo resistirme, qué me gusta un regalito!, ah! y tampoco me pierdo el roscón de reyes. Desde que soy madre he vuelto a tener una ilusión especial por el día de reyes y disfruto como ellos. Muchos besos y que te traigan todo lo que has pedido.
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