domingo, 22 de noviembre de 2009

LA TELE DEL CORAZÓN

Es curioso como el mundo del corazón ha inundado las cadenas televisivas y es difícil hacer un barrido por los números del mando, sin encontrarte con la cara conocida de algún personajillo gris que cuenta sus miserias para escándalo de algunos y deleite de otros. Y no es menos curioso pensar como al final, todos acabamos enganchados a la historia del que habla, por morbo, por curiosidad y las más de las veces por asombro.

Ahora, eso sí, lo que tiene gracia es el arte que le echamos al asunto para no reconocer que fuimos testigos de que Julián Muñoz ya no quiere a la Pantoja o de que el amigo Paquirrín acaba de cortar con Techi. Algunos estábamos allí (o eso decimos) porque en "la 2" estaban dando los anuncios, porque no encontrábamos el mando o por ese viejo y eterno argumento de que "a esas horas y después de comer, ve uno lo que haya".

El caso es que el que más y el que menos se ha subido alguna vez a la ruleta de "La Noria", se ha reído en su sofá de la vena de Patiño o quizás, esgrimiendo una sonrisa cultureta, ha caído entre las redes de "la Sexta" y piensa que es más seria su manera de aprender quien quiere a quien y quien se vende.

¿ A qué corazón perteneces tú? Deja tu comentario en la tertulia

14 comentarios:

Josema dijo...

Madre, yo me confieso, he pecado. He visto algunas veces la tele del corazón, pero prometo que tengo todas las excusas que usted ha nombrado.

En mi favor, decir que no estoy enganchado y que si lo quitaran de la programación no lo echaría de menos. Y en mi contra, decir que me da morbo ver como sufren los famosos con el acoso de los paparazzi. Que morbo... que me gusta que sufran joé!

Mamen Orcero dijo...

Yo me pregunto qué hubiera pasado si aquel grupo de hermanos "tocadores" de música hubiera conseguido tener delante de su puerta a Mila Ximénez o la otra fea, Mª Eugenia Yagüe. Por lo menos tendríamos que haber añadido glamour a los bañadores y las chanclas con las que el hermano pecador pasa el verano.

Carmen A.R. dijo...

Lejos de ser un mero entretenimiento para algunos...... o muchos (y confieso aquí abiertamente que no para mí, ya que evito a toda costa seguir el juego a estos programas de television y la prensa rosa) , lo realmente preocupante es que todos estos personajillos y por extensión, los que viven de ellos (medios de comunicación con sus equivocadamente llamados periodistas)están dando un mal ejemplo a nuestros niños y jóvenes, que raro es que sueñen con ser en un futuro, médicos, abogados, electricistas, bomberos, enfermeras, profesores etc,etc...
Se me hiela la sangre cuando escucho de boca de un niño aquello de "cuando sea mayor, iré a "Gran Hermano" y me haré famoso contando mis líos con este o aquel personaje público de moda, sea o no verdad.
¡Deprimente y ... como díría mi amiga Monica... "pa cortarse las venas"

Mamen Orcero dijo...

Ja ja ja Como se nota que somos madres. Ya me estoy imaginando a nuestra pandilla de enanos de la plazoleta en la tele. Y seguro que elegirían Gran Hermano y no Fama para no tener ni que bailar.

Carmen A.R dijo...

Di que si. Tiempo al tiempo.

Gamboa Helvant dijo...

Hola, Carmen... Mi media naranja ( ácida y sabrosona) me ha abducido a éste tu nuevo blog. Y como ves, ya estoy aquí. Prometo no interferir demasiado en tu idea cafetera y sosegada, y también prometo intervenir de vez en cuando sin acaparar , como es intención del que escribe, conformidades, aplausos, polémicas, ni adhesiones. Y por último prometo no cumplir mis promesas. Por ahora me conformaré con un copi-pega de un artículo que escribí hace tiempo para una publicación hace tiempo desaparecida. Como verás, desde mi punto de vista todo sigue igual. La presbicia no ha aparecido aún a los cuarenta...


Espejos

“La fecha es gentileza del destino y la lápida es gentileza de almacenes Harrots”
Epitafio de G. Walter Laplace.

Cuando yo era niño, quería ser astronauta. Según fui creciendo, las apetencias por mi futuro profesional cambiaron a las de técnico reparador de lavadoras, monje, astrónomo, policía, cartero, detective privado y físico nuclear. Actualmente no ejerzo de ninguna de esas profesiones, afortunadamente para la NASA (National American Space Agency), la feligresía y las lavadoras, entre otros campos del saber y nichos sociales. Pero sí recuerdo que en todas esas profesiones existían personas que por su carisma o por su trabajo producían en aquel niño admiración y deseos de seguir por el mismo camino que ellos habían elegido.
El peligro, tanto ayer como hoy, es que elijas como norte la persona inadecuada. Pero ya no sólo en los más jóvenes que están formando su personalidad, sino en toda la sociedad.
Si un banquero, o una modelo, o un cantante, o un atrapalanas, es famoso y está podrido de dinero, es suficiente para ser el norte de una multitud de desesperados para conseguir el mismo estatus social, y si es posible, con menos esfuerzo todavía, aunque dichos elementos tengan menos sesos que un ladrillo y sean más ladrones que la banda del “Tempranillo”.
Nos equivocamos. Nos equivocamos de espejos. Nos equivocamos porque no todos nacemos ricos y poderosos. Ni siquiera tiene que ser bueno ser rico y poderoso. (Aunque a Rockefeller le dijo una vez una señora: “Eso de ser tan rico debe ser un problema, ¿Verdad, Mr. Rockefeller?”. A lo que éste repuso: “No diga usted tonterías, señora”). Pues aún así, la diferencia fundamental es que todos queremos vivir del cuento, vivir con la suerte, con la comodidad del famosillo y del afortunado, y muchos empezamos a creer que todos tendremos nuestra oportunidad de tocar la gloria, porque saldremos en televisión mordiéndonos las orejas o diremos a nuestra madre que nos cosa los párpados a las axilas.
Seremos uno más de la fama, en el dichoso circo de la sociedad, el circo del pasen y vean, pero mientras nos abrocharemos la misma bragueta y tomaremos el café en la misma taza.
Y cuando menos lo esperemos, después de haber intentado toda la vida la suerte del otro, nos invadirá la parca con su pensamiento blanco, y nos iremos con los anhelos de gloria al mismísimo carajo. Al menos que tengamos un epitafio que valga la pena.

Mamen Orcero dijo...

Querido Gamboa, me encanta que te unas a la tertulia sin pudor a mostrarte en el espejo. Te espero cuando quieras. Mientras te leo con la cadencia necesaria, voy preparando un café.

Anónimo dijo...

Yo pienso que la tele es nuestro ratito de relax y entretenimiento y a mi personalmente tengo que reconocer que me encanta ver a los trillizos que salen los viernes por la tarde en el gran programa de sálvame.Laarpia3

primu dijo...

Querida Mamen,como principal fan de tu carrera periodística,te animo que hagas un apartado en tu blog donde publiques aquellos maravillosos artículos que escribiste en algunos periodicos que siempre quise conseguir y que ahora con los avances informáticos con los que contamos,es más facil que consiga.Ademas creo que eran temas de los que sería muy interesante debatir tomándonos uno de esos cafés hirviendo que nos servía nuestra querida madre despues de haberlos puesto durante 45 minutos en el microondas.Decirte desde las tierras gallegas,donde en estos momentos me encuentro,que me gustaría seguir los programas del corazón pero esta gente habla muy raro y no hay quien los entienda.Un beso muy grande,nos vemos pronto.

Mamen Orcero dijo...

Hombre, mi hermano y ahijado.Qué sorpresa.
En cuanto a los articulitos, te los paso cuando quieras porque tampoco se trata de aburrir al personal que ya es bastante con la murga semanal, y en cuanto al café de nuestra madre, creo que se merece una entrada solamente para ella.
Un beso desde el sur.

Anónimo dijo...

Siempre tan modesta,bueno pues si lo tienes en soporte informatico mandamelo al messenger please

Ken Mapitas, aka El Monhe dijo...

He de reconocer que a mi ya me aburren, siempre es lo mismo, hasta en la 6ª...este es uno de los motivos por los que me ví relegado en casa de mis padres a la tele de la cocina, antes de la Independencia. Lo que me lleva a lanzar el tema de la tele en general y el aislamiento familiar, porque ¿como es posible que en una casa que tenía 3 miembros estables hubiese SOLO 3 teles?. Acabamos cada uno en un cuarto, eso es convivencia y Gran Hermano es un timo...prefiero menos consumismo del bienestar y más malestar familiar.

Mamen Orcero dijo...

Pienso que el hecho de haber aumentado el número de cadenas y abrirse el abanico de posibilidades nos ha llevado a que dejemos de tener que aguantar el tostonazo de programa (vease futbol para unos, tele del corazón o Urgencias para otros) que le gusta al familiar cercano, con lo cual, cada uno se encierra en su burbuja. La diferencia con la tele que yo veía de pequeña es que ésta estaba dividida por franjas horarias. A las 6 nos tocaba a nosotros ver La cometa blanca, y a las 10, cuando sonaba la musiquita de Balbín o de Estudio Estadio, pues a otra cosa mariposa.

Anónimo dijo...

Hay muchos programas y poca variedad,creo que antiguamente con dos o tres canales había más variedad repartida a lo largo del día,como bien dice mi querida hermana.Ahora pongas a la hora que pongas la tv,está Jorge Javier Vazquez (merecido ganador del premio ondas por su programa de análisis social de la clase famosa de España) y Kiko(que convivió durante 3 meses con otras 11 personas en una casa y llego a ser finalista entre los tres mejores convivientes de la prueba,actualmente está considerado como uno de los mejores contertulios del panorama televisivo)y claro,uno que no tiene la suerte de tener la formación que tienen estos personajes,hecha de menos algo un poco más bulgar y entretenido.

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