Hubo un tiempo en el que las mujeres ocupaban el lugar que
les correspondía en la cocina. Así estaba decidido por sistema o por
una costumbre que a fuerza de insistir se entremete entre la piel de las personas
y contamina el cerebro con un virus tan letal que si se une a la ignorancia puede ser una enfermedad de las mortales para el alma.
En ese tiempo que ahora nos parece lejanísimo y que en
cambio todavía coletea, ser del género femenino conllevaba en su esencia el
papel de esposa y madre y el segundo plano respetable de quien no podía osar
hacer sombra, ni aun mereciéndolo, al señor de cada casa.
Para muchas la vida transcurrió de forma plácida, tampoco
hay que hacer de las cosas un gran drama, porque no sabes lo que te pierdes de lo
que nunca has tenido e incluso para más de una y más de dos resultaba un
privilegio presentarse a los demás como señora de…anulándose a ella misma el
apellido y olvidando que hubo una vez que fue otra persona, cuando todavía lucía
junto a su nombre el vínculo que le unía a la familia en que nació y a la madre que la enseñó a ser señora.
Fueron tiempos en los que no se pensaba en trabajar fuera de
casa y si por casualidad o circunstancia, alguna había hecho sus pinitos como secretaria, costurera o florista a la sombra de un respetado señor
que hacía de jefe, era tiempo de dejarlo en el momento mismo en que se daba el
salto al matrimonio, que no era de mujer decente salir de casa sin el brazo del
marido.
Qué diferente es ahora la vida y qué dura también. Resulta
que nos han dicho por activa y por pasiva que todo eso se acabó. Nos han ido
moldeando con el ritmo de los tiempos y hemos contado a nuestras hijas que ya
no son la sombra de nadie, que pueden y deben salir a comerse el mundo y que no
hay o no debe haber diferencias entre un hombre y una mujer.
Pero de repente llega la crisis, la economía mundial se
hunde y la cultura, como los derechos sociales y la independencia femenina dan
un salto atrás. Ayer mismo leía en un medio de comunicación las cifras
desoladoras del paro, cuantificando la situación en hombres “cabeza de familia”
con mujeres y niños “dependientes”. Como si fuera fácil aceptar esa palabra y
como si resultara cómodo para nosotras renunciar al esfuerzo tonificante de
levantarte cada mañana con un deber que cumplir, remunerado y diferente al
gesto rutinario y cansino de planchar la ropa.
Y es que no hay trabajo que no sea
digno cuando se hace para sentir que eres útil, pero es evidente que no hay
nada más ingrato que pasarte los días y los años esperando con la casa limpia y
la comida puesta a que sean los que vienen los que te cuenten como anda la
guerra ahí fuera.
No quiero parecer una feminista exarcebada porque nunca me
han gustado los extremos, pero es lícito luchar por lo que es justo. He llegado
a oír que hay muchas mujeres que están muy cómodas en el paro, a las que les
encanta ir al cole a dejar a los niños y echar unos ratos de risas y café. Pero
por ahora sigo siendo una de ellas y quiero decirle muy clarito al que lo
piense que ha debido de perderse entre las ramas y que el bosque de prejuicios
en el que está no debe de dejarle ver el claro.
Hay veces, es verdad, que no se puede luchar contra molinos y puede
que te pases una vida esperando una oportunidad que nunca llega, pero lo que es
cierto es que puedo dar fe de que a todo
el mundo le gusta mirarse sin pudor en el espejo y tener la sensación de que no
gastó su vida en el intento.
Feminista, además de
demagoga…vaya tela…
17 comentarios:
Pienso que ese tiempo ya paso, afortunadamente. Aunque todavía hay mucho por andar en la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres... Pero en todos los planos, no sólo en aquellos en que sale desfavorecido uno de los géneros.
Un beso
¿igualdad?...me gusta mucho la foto que has puesto encabezando el artículo. Si la mujer llevara las cuatro botellas y el hombre la caja entera sería una imagen que a todos nos parecería lógica y normal, el hombre es el que debe llevar más peso. ¿y si está fastidiao de la espalda?. Seamos serios, Mame y Geli DEMAGOGAS. Y punto pelota.
Buenas tardes, me alegra mucho saludarte, veo cambios en el mantel, espero que todo de vaya bien.
Creo que la igualdad no es plena, que todavía faltan algunos coletazos por corregir y que se acepta dicha igualdad por imposición pero no por convencimiento, por poner un ejemplo en el sueldo, mismo trabajo seguimos con diferencias entre hombres y mujeres, aunque por suerte hemos avanzado mucho, pero no lo suficiente como para afirmar que nos encontramos en las mismas circunstancias.
Gracias, un abrazo.
Hola a todos.
Fer: yo creo que ese tiempo no pasó hace tanto. Tú vives en una gran ciudad donde hasta hace poquito había abundante trabajo, pero en el resto de España las diferencias están más acusadas sobre todo en los puestos que no exigen una titularidad. En general las mujeres trabajan más en precario que los hombres, y muchas veces, si hay que pagar para que alguien cuide a los hijos porque no es compatible el horario, no merece la pena el trabajo y es la mujer se queda en casa. No sé si me explico.
Primu: lo justo sería que al menos la caja la llevaran entre los dos, pero bueno, de todas maneras no vamos ahora a negar que un hombre está capacitado para hacer más fuerza física que una mujer...aunque en cuestión de maña...ahí no ganáis. Ah! y no nos digas demagogas que llamamos a tu mujer y te enteras ¿eh? ja, ja.
Hola JCR.Me alegro mucho verte de nuevo por aquí. Espero que tú y tu familia estéis bien. Es verdad que hemos avanzado mucho y no me gustaría hacerlo tanto que ahora fueran los derechos de los hombres los lesionados, eso por supuesto, pero tú sabes todavía la de bromitas que aguantan muchas mujeres en los trabajos y la de dificultades por las que se pasa para llevar para delante los hijos, la casa...y aunque la cosa va cambiando creo que hace falta que la igualdad se asiente en los genes. Eso lo verán otras generaciones.
Muy buena entrada Mamen, sé que tiene mucho significado en general para todos y en particular para tí y me alegra que hayas sacado este tema.
Creo que estamos muy lejos de acercarnos a la igualdad, aunque vamos dando pasos. Espero que la crisis y los cambios que tendremos en noviembre no vayan a retrasar el progreso o se pretenda incluso dar paso atrás.
Respecto a las amas de casa, (incluyo también a los amos de casa, que tengo uno muy cerca), creo que como en todo sitio hay de todo, hay personas como tú que están luchando por encontrar un lugar en el mercado laboral y que en esas épocas que encuentras trabajo, te sientes mucho más optimista y sales de esa rutina que genera el estar en casa y estás mucho más feliz, pero también están esas "Susanitas, amigas de Mafalda" que están deseando terminar secundaria (antes octavo), para ir buscando novio, que en un futuro las mantenga. Ese sector que no ha buscado nunca un trabajo y que nunca a tenido interés por formarse, son los que desequilibran la balanza y hacen que la igualdad a la que nos gustaría llegar a muchas esté aún tan lejos.
Estoy completamente de acuerdo contigo porque también conozco yo a muchas "Susanitas" de esas, pero fíjate que hasta en eso veo la desigualdad porque tengo la impresión de que es algo que han aprendido o han heredado de sus madres y de sus casas.A nadie se le ocurriría educar a un varón en la idea de que nunca tendrá que trabajar y en cambio de gente de mi generación y mucho más jóvenes oigo a cada momento decir eso de "a mí no me gustaba estudiar y mi madre me dijo pues te vienes para casa" o aquello de "yo mientras mi marido tenga trabajo..."
Hay de todo en la viña del señor.Y no por ser Susanitas ellas se sienten infelices o maltratadas. Las hay modernas, independientes y que trabajan, cuyos matrimonios se rompen al año o antes de celebrarse. Y otras educadas a la antigua que, siguiendo la tradición de sus padres, permanecen en su casa y se encargan de todo:llevar los hijos al cole,comprar, lavado y cocina.. Y no parecen infelices, al contrario.En mi casa es así, y tengo seis hermanos y siguen la misma línea. Y mi esposa y yo llevamos 42 años casados, y lo que queda. No sé qué opinar sobre el tema, quizás yo sea un machista enorme que no cabe en esta casa de 2`55 metros de altura; pero es así. Un beso, Mamen.
Creo, Juan, que es verdad que de todo hay en la viña del señor, pero que cuando tú hablas de tu mujer o de tus hermanos te estás refiriendo a una generación en la que esa actitud era la normal, la que todo el mundo seguía sin dudarlo. Pero las chicas jóvenes de ahora tienen que ser diferentes, en primer lugar porque en la sociedad en la que vivimos es difícil subsistir con un sueldo, bueno ahora es que no te conceden ni el préstamo para un piso y además también es verdad, como tú dices, que la gente aguanta menos y se divorcia más y dime tú qué puede hacer una mujer separada si ella no tiene un medio de vida propio. Es muy complicado.
La verdad es que sí.Tienes razón, Mamen.Mi yerno ayuda en la casa: es el que se encarga de hacer la comida, de la lavadora y de bajar la basura; mi hija del colegio de la niña y de las compras y limpieza de la casa.
Mis hijos varones más o menos lo mismo. El que mejor vive es el soltero, que tiene su piso como una patena, guisa, lava y plancha sus ropa. La novia va a su casa desde el trabajo en días alternos y se lo encuentra todo hecho. Modernidades impensables hace 50 años.
Esa es la verdadera liberación Juan y es a lo que yo me refiero. Cuando la mujer trabaja fuera, de alguna manera se libera porque si comparte la vida con un hombre, si él es una persona normal,comprende que lo justo es compartir las tareas. Eso es algo que mis hijos han visto en mi casa y que seguramente harán en la suya sin darle más importancia. Y esa mentalidad es la que se debe ir transmitiendo. ¿Ves? Probablemente tú no has tenido que ayudar tanto en casa porque yo también veo lógico que cuando no trabajo, no voy a estar esperando a que venga mi marido después de ocho o doce horas fuera para limpiar, eso es injusto. Pero en cambio, veo que ves con naturalidad que tu yerno o tu hijo lo hagan y eso para mí es buenísimo, es un signo de verdad de que se avanza. Sentirte igual a tu pareja yo pienso que es muy bueno para la convivencia.
Veo que este tema ha generado debate. Gracias por venir a participar Juan. Espero que haya estado a tu gusto el café.
En mi casa se reparte el trabajo según el tiempo que dispone cada uno. Generalmente paso yo más tiempo fuera que mi marido, así que cuando llego él ha hecho la comida, las compras, lleva y recoge a la niña del cole y recoge luego la cocina, para mí quedan otras actividades, no penséis que vivo a la bartola, pero con los roles cambiados mi familia es igual de feliz que otra y yo estoy contentísima del cous cous tan rico, rico, rico que me hacen los miércoles, jejeje.
¡Eco! y cuando llego a casa y me encuentro a mi marido con el delantal....¡Con lo bien que le queda!, jeje
¿Con delantal y todo? Jo, qué bien lo tienen algunas planteado... Creo que el único problemilla está en la combinación de colores indescriptibles que lleva la chiquilla algunas veces al colegio...eso del daltonismo paterno ha hecho mella. Ja, ja
Por contrapartida las mujeres nos están dando muchas ayudas por ser de este genero. Mujeres emprendedoras, mujeres cineastas.... ¿no creéis que estas ayudas también crean desigualdad? ¿Si no hubieran ayudas... no seriamos capaces? Si hay que ser iguales.... debería ser en todo.
El problema de hoy en día, es que la vida no esta hecha para tener familia, si vemos más a nuestros compañeros de trabajo que a hermanos, padres, pareja... ¿no es triste? La vida tiene que frenar y tenemos que aprender a disfrutar minuto a minuto.
Estoy de acuerdo contigo Isabel. La discriminación positiva tampoco es bueno. Seguramente cuando deje de castigarse pero también de premiarse el ser mujer habremos llegado al equilibrio.
En cuanto a lo de la familia, de verdad que algunas veces se hace imposible. Yo recuerdo esa etapa en la que me llamaban al trabajo (12 kilómetros de distancia y transporte público porque es imposible aparcar) para decirme que el niño se había hecho pipí o se había mojado en la fuente...se me ponen los pelos de punta.
Un saludo
La igualdad es imposible, hasta que vosotras no dejeis de ser las "jefas" en la casa. Si no, que le pregunten a cualquier padre de familia quién dice que no o que sí en su casa. Igualdad para lo que conviene no, igualdad para todo. juas juas juas
Tes qui ya,primu...juas, juas....
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