domingo, 8 de enero de 2012

EL OCHO DE ENERO


El siete de enero es para mí un punto de inflexión. Queda como en medio entre el caos más absoluto traducido en papel de regalo y plastiquitos que envolvían no se sabe qué tirados por todas partes y hoy, el día ocho, ese en que dices: esto se acabó y hay que remangarse para hacer volver la casa al estado en que estaba antes de que el árbol invadiera el salón y los restos de chucherías y patatas fritas decidieran tomar al asalto los bajos del sofá y esas rendijitas pequeñas que tiene mi mesa del café y que me da la impresión que fueron puestas ahí por algún fabricante de muebles que nació con instinto de asesino en serie. Toca sacar la aspiradora, el plumero y el abrillantador de suelos, vamos lo que en la jerga de un ama de casa puede ser denominado artillería pesada o munición de combate para una batalla dura.
Y es que yo no sé por qué, a pesar de los días de fiesta y las reuniones para comer de estas navidades que la verdad es que han sido estupendas, llega un momento en que siento la necesidad de volver a la rutina diaria, fíjate qué idiotez, como si esa vuelta me proporcionara el equilibrio y el orden necesario para ensanchar los pulmones al respirar, como si “después del día después”, a la vuelta de este domingo de tránsito estuviera esperándome la solución a cualquier problema o el planazo de mi vida. Pero, qué le vamos a hacer, así somos los seres humanos.
Hoy es un día complicado, lo intuyo desde ya y por eso ando por aquí, remoloneando e intentando evitar la tarea de obligar a los niños a retomar los horarios, a preparar las maletas del colegio y reducir las horas de la maquinita. Hoy será un día duro porque hay que instalar el árbol en el agujero en sombras del altillo, de donde fue fácil bajarlo por la alegría que produce el olor a fiestas cercanas y que ahora pesa como un muerto a pesar de que en esencia su volumen no ha cambiado.
Y es de esta manera, como todos los años, la forma que tenemos de despedir una etapa. Quien sabe, tal vez este es el  verdadero momento, y no las uvas ni el brindis del 31, que nos deja claro que hemos quemado el tiempo, que nos enfrentamos a otro calendario aunque en el fondo sigue siendo el mismo y que un convencionalismo humano, pactado a lo largo de los siglos, nos ha hecho pensar, durante un pequeño lapsus de tiempo, que al desempaquetar el nuevo año algo fantástico ocurriría y nuestra vida habría cambiado.
En fin, señores, yo sólo puedo deciros que sigo por aquí, que si queréis continuaremos con nuestras agradables tertulias (por cierto, tengo que contaros que la carta a los reyes ha sido un éxito, alguien que entró  a leernos forma parte de una página muy prestigiosa en esto de los blogs que se llama “Menéame” y nos recomendó, así que tuvimos 222 visitas en un día), y que al fin y al cabo lo más importante de todo es eso, seguir aquí, poder contar que hemos llegado a 2012 y que estamos preparados para lo que tenga que venir, aunque sea el fin del mundo maya.
Bueno, os voy a dejar que el zafarrancho me espera, os emplazo para vivir juntos la “normalidad” y para continuar, si os apetece, saboreando el café de la vida.
Un beso a todos

8 comentarios:

Pedro HM dijo...

Perdona por enlazar la "Carta de Reyes" en Menéame.net sin pedirte permiso, pero me encantó y no reparé en consultártelo.Creo que allí también gustó bastante.

geli dijo...

Pues cierto, Mamen, me he pasado el fin de semana recomponiendo el salón, y como he tenido visitas esta tarde, hemos vuelto al estado inicial...
Ayer en medio del caos y con mil cosas que hacer, yo con mis manías me senté con mi cuaderno-chuleta ha elaborar mi nueva lista de objetivos anuales, mensuales, semanales y el apartado "muy urgente",,, la lista era interminable. Al final pensé, menos mal que las vacaciones las hemos aprovechado bien, porque a partir de mañana....colegio, exámenes, conservatorio, natación, catequesis, pilates, trabajo, casa, comida, compras, mascota,...

Pedro creo que ha sido buena idea, en el saloncito de Mamen, aunque ella crea que es pequeño, caben todo el mundo...

En fin, pensemos que ya queda poco para semana santa, hay que ir preparando el próximo "respiro".

Mamen O. dijo...

Pedro, nada de perdón ni muchísimo menos. ¡Si vieras las vueltas que le he dado porque no sabía como agradecerle a la persona que lo había puesto el detalle, pero por muchas vueltas que le daba no llegaba a ningún sitio pinchando su (bueno tu)nick! ja, ja... Además es que me he quedado alucinada de la de gente que ha entrado a leerla y la de "meneos" que ha recibido. Muchas gracias a ti por el interés.

En cuanto a la loca de las listas, no te olvides de anotar la meditación a la que vamos los viernes. Ah! y no cuentes con Semana Santa que ya tengo apuntada a tu niña en la procesión, así que este año también toca promesa. Mejor piensa que antes viene carnaval..je, je

Anónimo dijo...

A todos nos pasa, las fiestas extresan y acaba uno deseando volver a lo de siempre. Por cierto a este paso nos hacemos famosos. A ver a quien le toca lidiar con Belén Esteban.

JCR dijo...

Cierto, necesitamos volver nuevamente, aunque tengo que posponer toda la recogida navideña, mi pequeño escogió las vacaciones para enganchar una tras otra, papilomas, placas y varicela, es que no quiere perderse el colegio.
Feliz año, continuamos con la tertulia, besos.

Mamen O. dijo...

Vaya, veo que han sido unas vacaciones moviditas. El pobre lo ha pillado todo.
Espero que ya esté recuperado. Un saludo y feliz vuelta a la normalidad.

JUAN PAN GARCÍA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JUAN PAN GARCÍA dijo...

Pues sí, Mamen: llegó la hora de volver a la rutina.
Ya comenzamos con los problemas:
Ayer se me averió el teléfono fijo, un Domo2,cuyas teclas se niegan a marcar números. Como custa más la visita del técnico que un apartao nuevo, pues he optado por la segunda opción. También ayer, vi un anuncio en internet en que se vendía una Ninfa papillera por 20 euros y fui a comprársela a Carmen, pues la primera, que aún no sabemos si es ninfa o ninfo, nos daba lástima verl@ solit@; pero como todo me está saliendo mal, el dueño me dijo que la tenía en el campo y que en media hora me la llevaría a mi casa. Aún lo estoy esperando. Y mi pobre Carmen lleva tres horas asomada al balcón por si lo ve llegar. Creo que el tipo nos dio la inocentada con varios días de retraso. La poca seriedad de las personas es lo que más me revienta.
Y desde hace unos días tengo vértigos, y por ello peligra el viaje proyectado para fin de mes a Castellón para ver a mi nieta.En fin...
Bueno,Mamen, que no dejes de alegrarnos el día con tus divertidos textos, ya ves que gustan tanto que te lo publican en otrsos lares. Te lo mereces, amiga. Un abrazo

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