Dije que no iba a hablar de la
crisis y me he dado cuenta que sin ese tema me quedo muda. Y es que lo que está
pasando en España me tiene más aturdida que el calor propio de la estación en
la que vivimos.
Me he sentado varias veces
preparada para contaros cómo va mi vida, la historia de una novela que he
escrito en tres semanas y con la que concurso en varios certámenes…en fin,
cosillas de esas con las que entretener este tórrido verano que anda lleno a
rebosar de sobresaltos.
Pero es imposible. Me encuentro
tan políticamente sensible a los devenires de España que no tengo manera de
esconderme del tema. Además, tengo la
impresión de que no sólo a mí me pasa, sólo hay que mirar alrededor para darse
cuenta de que es el argumento principal de conversación en cualquier sitio y que no
nos libra ni la playa ni la paella en Conil de volver una y otra vez a la paga
extraordinaria perdida, a los derechos sociales usurpados y a la masacre voraz
contra el parado “jodido “a lo Fabra, con perdón, que nos sirven en botella los
telediarios a la hora fatal de la comida.
Es duro lo que está pasando y tengo miedo del de verdad, del que te hace
rechinar los dientes, cuando pienso en qué puede acabar todo esto. Pero también
me siento esperanzada porque creo que la lección nos servirá para el futuro: Si
la política se había convertido en una manzana podrida, tendremos que inventar
un recurso que nos proteja en adelante de la corruptela y el engaño. Si los
políticos quieren seguir viviendo de esa adicción que les apasiona, tendrán que
aprender a hacerlo bajo la lupa de aumento de un pueblo que está harto de tanta
prebenda y tanto privilegio.
A partir de ahora no debería
valer más aquello de “es que yo no lo sabía”, “a mí nadie me dijo qué”. Hay que
tener muy presente que éstos están aquí porque más de la mitad de los que estaban
en las manifestaciones los han puesto en el lugar que ocupan. No están sacando
los pies más allá de lo que su política neoliberal tenía diseñado desde
siempre, y no cabe duda ya, en esa forma de hacer campaña en la que les faltaba
silbar mirando al cielo cuando alguien les preguntaba a micrófono abierto, qué
era lo que estaban preparando para los que no pintamos nada.
Pero creo que están recibiendo
una buena lección, perplejos deben de andar las criaturas. Supongo que nos habían
subestimado como pueblo y no deben dar
crédito a lo que se les ha venido encima. Todavía a los mineros, pensarían, a
esos los ampararán sus colegas o sus compañeros trabajadores con conciencia de
clase. Pero a los parados ¿verdad? ¿Quién va a defender a un parado que al fin
y al cabo no es más que un lastre? ¿Funcionarios? ¿Quién se va a atrever a
apoyar a un funcionario con la mala fama que tienen?
Y de pronto, la gente se echa a
la calle con pancartas que dicen: “No somos de derecha ni de izquierdas, somos
los de abajo y vamos a por los de arriba”. Los bomberos escriben “rescatamos
personas no Bancos” y los policías le echan dos pares y aplauden, en un momento
sin precedente en este país, a los manifestantes.
¿Usted quería ser el representante
de España no Sr. Rajoy? Pues ahí lo lleva. No le arriendo las ganancias.
11 comentarios:
Yo también estoy muy preocupado. No solo por mi, sino por el, porvenir de mis hijos y mis nietos. Yo ya he cumplido. No tendría que ser así, pero la palabra "política" ha emponzoñado totalmente nuestro futuro. Demagogias estoy oyendo muchas, pero ninguna propuesta de solución por parte de nadie. Así pues quizá la única solución posible pueda venir con el suicidio político de Rajoy y su mayoría, dándole la vuelta al calcetín de España. Pero que empiece ya con las listas abiertas y todos los enchufados, asesores y mandangas que rodean a todos los políticos, y deje de meterse con los mileuristas de siempre.
Es que existen mil razones para estar asustados e indignados, cada día te enteras de algo que te asquea. Hoy je leído en face bok la página de un periódico que afirma que 314 parlamentarios de otras provincias reciben una dieta de 1823 euros para pagar los gastos de su estancia en Madrid. Normal que cobren dietas, creo yo, tambie´n me las pagaba la empresa cuando me enviaban a trabajar fuera.
Lo que ya no es tan normal es que 62 de estos parlamentarios la cobren teniendo vivienda propia en la capital de España. ¡Me dan unas ganas de meterle fuego a los Parlamentos, a todos, incluso al Patenon de Grecia....!
Feliz domingo, Mamen. Un beso
Ayer por primera vez leí a alguien esbozando la posibilidad de que España sea gobernada por un tecnócrata, un especialista que haga verdaderamente lo que tiene que hacer sin estar sometido al yugo de una idea política como dice Marcos.
No sé cómo de duro sería eso, pero al menos, produciría la seguridad de que los recortes iban a ser dados con algo más de rigor, sin beneficiar a una u otra casta.
En cuanto a lo que dices, Juan, de las dietas, es más indignante aun, porque esto lo destapó Toni Cantó cuando renunció a su dieta por tener casa en Madrid. Entonces se sometió a una votación en el Congreso para eliminar esas dietas y sus señorías votaron que no. Alucinante.
Perfecta publicación, buenísima.
Un beso muy grande y que tengamos suerte.
Gracias Lola. Buenísimos los donuts que tú preparas. Se me hace la boca agua solo de pensarlo...ja,ja
Hola Mamen. Llevo varios artículos tuyos de leída y la conclusión que saco es que escribes muy bien. Bien en el aspecto de razonamientos y raciocinios; bien en el aspecto de la sintaxis o calidad literaria y por si fuera poco, bien también en cuanto a la ortografía, esa rara avis que se impartió en las escuelas de España en esa semana, precisamente, que coincidió con que una inmensa mayoría de escolares no pudimos asistir a la escuela por culpa de un maldito constipado.
«Sólo falta que nos quiten lo bailao», pues hasta eso nos quitarán; ya lo verás. Insinúas que la política se había convertido en una manzana podrida y siempre que se menciona la palabreja en sentido peyorativo, me duele. La política es inocente siempre. Los que se pudren son los que la ejercitan. ¿Que los políticos no son triguito limpio, que se corrompen, que mienten, que meten mano a la talega de los dineros? Yo creo que los que están en política no son peores (ni mejores) que los que estamos fuera de ella. Es más, tiendo a pensar que políticos, en el sentido más amplio de la palabra, somos casi todos.
“No somos de derecha ni de izquierdas, somos los de abajo y vamos a por los de arriba”. Eso creo yo. No somos de izquierdas la inmensísima mayoría de la gente. De derechas sí que somos la mayoría y lo hemos demostrado dando la mayoría absoluta a estos. Siempre digo lamentándome: "¡Es tan sacrificado ser de izquierdas...!".
La mayoría de los que nos consideramos de izquierdas, una de dos: o somos de izquierdas a tiempo parcial, temporeros, eventuales..., o somos izquierdistas en excedencia.
«...y los policías le echan dos pares y aplauden», este comentario mío ya se está haciendo demasiado largo, así que en otra ocasión hablaremos de los policías. Porque hay policías y policías...
Saludos,
Hola Jesús.
Antes que nada, muchísimas gracias por esas palabras tan halagadoras. Y, como no, gracias también por acercarte a esta particular "salita de estar" para dejar tu opinión.
Estoy de acuerdo contigo en que no es la palabra "política" la que duele, eso es verdad, sino las acciones humanas, pero creo que hay algo en ese contexto cuando deja de ser verbal y se vuelve tangible que a la gente la vuelve loca.
En cambio, fíjate, yo no creo que la gente de izquierdas lo seamos de forma temporal, creo simplemente que la "idea izquierda" evoluciona, cambia con la circunstancia que toca vivir, se hace cómoda cuando el engranaje gira. Pero en el momento en que las orejas del lobo se hacen visibles, ahí es cuando la izquierda de nuevo se arremanga y se echa a la calle. Y ahora toca, amigo Jesús, y además toca con toda la razón del mundo.
Si nos tiene que gobernar un tecnócrata, esperemos que al menos aplique una política financiera más racional que la que están haciendo éstos políticos a base de decretazos. Particularmente no creo que Rajoy llegue a Navidad.
Hola Mamen, cuánta razón tienes en tu exposición sobre los acontecimientos que estamos viviendo, nos tienen acongojados y lo peor de todo es que no parece que vayan a dar marcha atrás; nos están llevando a un pozo que ya veremos cómo salimos de él. No entiendo de economía, pero por poco que se entienda, cualquiera comprende que si el dinero no circula, todo se paraliza y ya lo que nos faltaba, que también nos suban el IVA, no sé, pero esto cada vez me huele peor. Soy muy optimista pero ahora tengo el optimismo por los sotanos.
Pues como dice Mª Rosa, yo que suelo ser una persona optimista, llevo un tiempo con un nudo en el estómago, que no se me quita ni con bicarbonato.
La verdad es que de la preocupación, he pasado al miedo. Miedo al futuro que nos espera, no sólo porque no vamos a recuperar los derechos que teníamos, sino porque parece que vamos a seguir perdiendo, hasta que no tengamos salida.
Miedo también porque en sólo 6 meses se está acabando con muchas libertades que teníamos, no sólo estamos perdiendo en economía, en estos 6 meses se va a cambiar la ley del aborto, se ha acabado con la libertad de manifestarte, y de convocar manifestaciones, se ha acabado con la libertad de prensa, se ha acabado con muchos profesionales de la radio y de la prensa, se está atancando a la educación, la cultura y la sanidad.
No se dónde vamos a llegar, pero desde luego el camino que llevamos no me gusta y me da mucho mucho miedo.
Hola Manolo, M. Rosa y geli.
¿Tú crees que no llega a Navidad, Manolo? Pues yo creo que agotarán la legislatura. Eso que llaman la erótica del poder debe de estar por encima de lo demás. Da igual que la situación te quede grande o que veas que no puedes con lo que tienes encima. Antes que nada agotar la temporadita en el chalet.
Bienvenida M. Rosa. Como tú y como geli, hasta los optimistas están empezando a creer que esto no tiene futuro. Miedo, pero del bueno, me da todo.
Un beso
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