domingo, 9 de septiembre de 2012

Ecce Homo de lentejas


No me cabe ninguna duda de que el cerebro humano no tiene límites cuando se habla de creatividad. Si además esa creatividad se utiliza para reírse a gusto de algo o mejor aun de alguien, ahí es donde se supera con creces la barrera del sonido y la velocidad de la luz en cuanto a “cachondeo” (con perdón) ajeno. Si no, fijaros en esta última versión del “famoso estropicio” que me encontré ayer por la red, lentejas al Ecce Homo le ha puesto el cocinero al plato con un arte que la verdad es digno de resaltar.
Lo que ocurre es que a mí con este tema se me atraviesa la risa, supongo que un poco por deformación profesional y un mucho porque me duele en la zona pequeñita de intelecto que he sido capaz de desarrollar.
Me cuidaría yo mucho de andar hurgando en la herida y hacer chiste fácil con la pobre señora de ochenta años, que cumpliendo a raja tabla con esa premisa de que la ignorancia es muy atrevida, se decidió pincel en mano a dejar bonita aquella imagen que se estaba estropeando cubierta de humedad. Y ni siquiera soy capaz de imaginar el disgusto y el mal rato que aquella señora se llevaría a casa, cuando la imagen del Cristo (un temple que había sido pintado con muy poca preparación del fondo según dicen los expertos), empezó a diluírsele probablemente por el agua, vete tú a saber qué producto de limpieza o simplemente una bayeta con la que lo frotó.
Pero el choque de la razón que me ha producido todo este tema, es el tratamiento que se le ha dado y la imagen que han ofrecido los medios de comunicación. No me refiero a programas de humor ni a las redes sociales donde el tema puede ser tratado de forma divertida porque es verdad que el resultado del desmán tiene su gracia. Yo me refiero más bien a periódicos de tirada nacional e informativos de los de “la hora de comer” que han hablado hasta la saciedad del suceso.
En primer lugar, no se puede llamar a esta señora “la restauradora” de…como se llame el pueblo. Señores, ni esta mujer es restauradora (eso es una profesión muy seria) ni ha realizado en la obra ningún tipo de restauración porque no tiene conocimientos de la Ciencia y la Técnica necesarios para ello.
Por otra parte, en ningún momento he oído hablar de pedir responsabilidades. Es verdad que bastante tiene la pobre mujer para darle el susto de ponerle una multa, no es esa mi intención. Pero en esa Iglesia había un párroco que debería de haber actuado para proteger un patrimonio cultural que es de todos y que tenía bajo su custodia. Porque no olvidemos que el edificio es del siglo XVI y que si esta vez le tocó a esta pintura, mañana o tal vez ayer quizás el desvarío se lo hubiera causado al retablo, a la sillería de coro o a cualquier otro elemento (no he visto la capilla y no sé de qué se compone el inventario), muchísimo más valioso.
Sé que el lugar del sentimiento desde donde hablo no puede ser imparcial porque he tenido la suerte de ver  a un profesional restaurar una obra de arte. Es un trabajo minucioso, científico, milimetrado, respetuoso al máximo con la intención estética del autor…una combinación perfecta entre la profesionalidad y el sentimiento.
Me duele que los andaluces, España y el mundo no sepan que ahí cerquita, en La Cartuja de Sevilla tenemos una Institución (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico) reconocida y valorada en un ámbito científico que no tiene nunca la repercusión que debería y en cambio, todo el planeta esté enterado de que una anciana cometió un error y que un pueblo está dándole vueltas a ver como puede aprovecharse de ello. En fín…
Sé que no puedo transmitiros la sensación de verlo en persona porque es imposible, pero dejo un vídeo para dar una idea de cómo se investiga de verdad en una Institución seria para la que me siento muy orgullosa de haber trabajado.
Os informo que hay jornadas de puertas abiertas de vez en cuando, así que si a alguien le interesa no debe perdérselo y si no es factible ir a Sevilla, sólo tenéis que poner el nombre en youtube y ver los vídeos, os aseguro que es un lugar “mágico”.




8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola, Mamen! Esa receta me la voy a hacer yo si mi Carmen pone alguna pega.Como no he visto el programa no sé qué ingredientes usa para dibujar la narzi y la boca, pero bueno, con rodaja de tomate y palito de espárrago o cebolla puede valer.
Estoy de acuerdo contigo en que deberían depurarse responsabilidades: ese lienzo llevaba años abandonado, desahuciado, y ahora se quejan de que esta señora ha echado a perder una obra antiquísima. Pues señores, preocupense más del patrimonio y no de recaudar donativos. Eso cuando no los sacan a hurtadillas y los venden a coleccionistas. No hay más que darse una vuelta por las tiendas de anticuarios del Rastro madrileño para encontraser cuadros, imágenes y candelabros y objetos religiosos procedentes de iglesias y ermitas.¿Quién los lleva a esas tiendas? Bueno, que no quiero calentarme. Un beso y genial entrada.

Marcos dijo...

Una encomiable entidad que como tantas otras realizan un trabajo callado y mayormente ignorado rejuveneciendo el pasado para un futuro mejor.

Con la receta no me atrevo, prefiero las lentejas con chorizo. Gracias

Jesús Herrera Peña dijo...

Estoy bastante de acuerdo contigo, Mamen.
Desde que surgió la noticia no me hizo la más mínima gracia. Por varias razones:
■ Porque soy ateo (gracias a dios)
■ Porque me compadezco de la señora pintora y anciana, que con toda su entrega e ilusión quiso hacer una buena obra
■ Por que los ríos de mofa que se han vertido no me hacen ni puñetera gracia
■ Porque todos estaban enterados y gustosos de que la señora lo restaurara como hizo en otras ocasiones y ahora nadie sabe nada...

Saludos,

sickofhell dijo...

Pues tienes toda la razón.
Sólo tengo un "pero".
Te lo digo con el corazón.
Me río mucho, si te soy sincero,
cada vez que veo esa cara de mero.
¡Pobre señora!
Destrozo este asco de poema,
que ni rima, ni atina.
Esa imagen versionada,
en miles de obras,
ha conseguido ser más famosa
que la propia mano que lo efectuó.
Gracias por el café,
de nuevo el azúcar me olvidé.
Lo removí con la cuchara
y tonto de mí
que no comprendí
¿por qué demonios esto escribí?

Mª Rosa dijo...

Me da verdadera pena esa pobre señora, tienes razón, ahí hay personas más responsables que ella; creo que el cura lo debería haber parado la primera vez que ella lo manipuló, las primeras intervenciones habían pasado desapercibidas y así hubiese seguido haciéndolo si no llega a pasar esto, sí que ha sido un poco atrevida la señora. Cómo somos las personas, ahora todos quieren aprovecharse del acontecimiento. Hoy he visto en televisión una botella de vino con la cara del Ecce Homo, no saben lo que van a hacer para sacar provecho de este atropello. La verdad es que cuando veo en televisión a toda esa gente entusiasmada por ver la pintura, no sé ni qué pensar ¿será para tanto? No lo entiendo pero así somos.

Estoy un poquito lejos de Sevilla, lo he visitado en tres o cuatro ocasiones, no te digo que no vaya a volver porque me encanta Sevilla, si hay una próxima vez te aseguro que me pasaré por la Cartuja pero ¿se permite la entrada a todo el que quiera entrar para ver? ¿O cómo es eso? Siempre me ha parecido un trabajo muy interesante el de los restauradores, tanto de cuadros como de muebles (aunque esto no venga al caso) tiene que ser una gozada y una satisfacción ver el trabajo terminado y volver a ver ese cuadro con todos los matices que se le habían perdido con el paso del tiempo.

Besitos

Mamen Orcero dijo...

Hola a todos. ¡Uy! que se me acumula el trabajo...ja,ja.
Creo por lo que veo que todos estamos más o menos de acuerdo, incluso el amigo sickofhell al que sin haberlo planeado le ha salido un pareado...ja,ja.
En cuanto al IAPH, sí que es un lugar digno de ver. Rosa, si alguna vez estás interesada, entras en la página web porque hay días de puertas abiertas, no se puede visitar todos los días, pero de verdad que es impresionante. No sólo se restauran cuadros ni imágenes religiosas, también mosáicos, bueno hasta el giraldillo fue restaurado por sus técnicos, concretamente por una amiga a la que tengo mucho cariño.
Me alegro de que os haya gustado la entrada.

Chari dijo...

Ay, yo se que el tema es muy serio y que no está bien reírse, pero no puedo evitarlo, cada vez que me imagino a "Paquirrin" como la musa de esa pobre mujer para embellecer la obra, me sale una carcajada.
Por supuesto estoy de acuerdo con vosotros, igual que para operar necesitamos a un cirujano, para restaurar necesitamos a un restaurador.

Mamen Orcero dijo...

No, si el resultado de la pintura es para reírse a carcajadas y sobre todo el resultado de la inventiva de la gente que es capaz de hacer hasta una receta, lo que pasa es que a mi eso de que nadie tenga responsabilidad me llama la atención, porque con el Códice Calixtino, fíjate la que se ha liado, lo cual quiere decir que todo depende del valor en metálico, no del arte. Es que con la Iglesia hemos topado amigo Sancho.

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