domingo, 28 de febrero de 2010

EL RÍO GUADALQUIVIR

Hay una copla andaluza que dice algo así: "el río Guadalquivir pasa por Lora, Lora del río". Y esta semana me ha sido inevitable recordar la cancioncilla, mientras era testigo televisiva del desastre que este río ha causado, con prisa pero sin pausa, en ésta y otras localidades asentadas desde siempre en su ribera.
Ver una situación de desamparo y de tragedia tal, en los ojos de quien ha perdido todo por lo que lleva años luchando, resulta desesperanzador porque la naturaleza ha vuelto a recordarnos de nuevo que sólo somos pequeños seres insignificantes, incapaces de entender tras la soberbia, la magnitud de su grandeza.
Nosotros que nos creemos el ombligo de un mundo edificado a nuestra imagen y semejanza, estamos destinados para siempre a observar atónitos la lección de este Planeta que saca a la luz su armamento convencional de destrucción masiva, para arrasar las ilusiones de los que nunca lo provocaron y de los que menos se lo merecen.
Este año Andalucía no tiene motivos para celebrar su día y me da rabia. Pero siendo andaluza, también sé que todas y cada una de esas personas saldrán adelante aunque sea a nado, porque a pesar de los típicos tópicos que tanto daño nos hacen, en esta región relegada del mundo hay mucha gente que trabaja duro para seguir subsistiendo.
Y por eso me indigno, porque ya va siendo hora de que los andaluces podamos al fín levantar la mirada. No lo digo como reivindicación política ni con soniquete de himno. Lo digo porque tengo la necesidad de desearles, de desearnos, a todos los de mi tierra, el futuro que nos prometieron, la bonanza que aún no tenemos.
Es momento ya de que dejemos detrás la sombra de la emigración forzosa y de que algo o alguien apueste de una vez por todos esos paisanos que nos llenan de orgullo, por esos andaluces que andan por ahí, haciendo camino por la otra cara del mundo y por los que decidimos quedarnos aquí, a compartir las migajas que a otros lugares de España les sobra de la merienda diaria.
Por lo demás, podemos decir tranquilos que la Andalucía a la que el poeta cantó está viendo cumplirse todo aquello que pedimos. Afortunadamente, somos libres para decidir nuestra opción en las urnas, vivimos toda la paz que este tiempo alocado nos ofrece y nunca dejaremos que nos borren el verde frescor de la esperanza.
Esperemos que el próximo año el futuro sea más alentador.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La madre naturaleza esta haciendo la reforma inmoviliaria que no hacen los políticos,pero quien lo paga,el constructor?noooooooo,paga el paisano que invirtio sus ahorrillos en una vivienda.¡¡¡¡SALUD!!!!

Mamen Orcero dijo...

La verdad es que como sigamos así, la construcción va a volver al punto en el que estaba porque entre las casas que están quedando totalmente destruidas por inundaciones graves y las demás que habrá que darles un arreglito de fachada... Nunca había visto paredes tan negras en esta zona del sur. ¡Vaya inviernito!

geli dijo...

Pues viendo la poca parte positiva (yo siempre intento buscar algo bueno), me siento afortunada de vivir en un lugar donde un clima así es la excepción y lo ocurrido este invierno no se repetía desde hace 50 años.
Con optimismo, creo que el clima nos regalará un buen verano para recuperarnos y poco a poco renaceremos de las cenizas.
Claro que este pensamiento positivo no podrá animar a quien le haya afectado directamente y haya perdido todo. Para ellos deseo que puedan recuperar el máximo de lo perdido con indemnizaciones. ¡Suerte!

Mamen Orcero dijo...

Me contaba el otro día una de "mis dos amigas Mónicas" que al parecer todo lo que está pasando es debido al cambio climático. Por lo visto el calentamiento del océano no ha permitido que se forme adecuadamente el famoso anticiclón de las Azores que era el gurú del buen tiempo, la expresión que al menos a mí me recuerda a las gafas de Mariano Medina y al puchero de los domingos en casa de mi abuela. Pues ese anticiclón es el que hace de barrera para parar las tormentas hacia España. Este año se nota su ausencia.

Anónimo dijo...

Ya está la geli preparando la barbacoa de verano.Como diría mi colega el gafa "yo te vi desí mi verdad" te lo juro que no entiendo nada,los meteorólogos dicen que ésto del cambio climático es un negocio,que lo que está pasando es un ciclo más de las etapas que tiene que pasar la Tierra,que era perfectamente previsible y que poco tiene que ver con todo ésto la contaminación que produce el hombre,pero digo yo, que es igual de preocupante lo que está pasando sea culpa del hombre o no.Acabo de ver en el telediario que el terremoto en Chile ha sido provocado por un movimiento de capas a nivel mundial que ha agrandado la superficie terrestre de tal forma que ahora la Tierra tarda un nanosegundo más en dar la vuelta sobre sí misma (no es coña),ahhhh pero como el hombre no ha influido en ello,sigamos haciendo como que no pasa nada.Un nanosegundo para mí no es nada pero para mi jefe....

Mamen Orcero dijo...

Ja, ja...tú jefe...a tu jefe le van a poner un monumento en una plaza cualquier día de estos, no al honor sino a la paciencia.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Mamen Orcero dijo...

Primu, he copiado tu comentario y voy a ver si te soluciono el tema. Te mando un correo

Mapitas dijo...

Como siempre, en esto de los desastres naturales se mezclan opiniones muy variopintas, y tan bien informadas que uno no sabe bien que creer. Por mi parte creo que:
por un lado: los temporales. El hombre ha construido en un periodo de sequía por donde los ríos pasan cuando se da un ciclo de lluvias (más o menos cada 12 años); que para más inri en nuestra tierra, más a oriente que a occidente, suele dar lugar a riadas en ramblas, arroyos,...
a eso se le suma la construcción excesiva en un litoral que en su mayor parte es erosivo, por lo que retrocede le pese a quien le pese.
Por lo que el resultado final es que resulta más caro defender lo ya construido que no haberlo construido o hacer una retirada "incentivada". Un gran ejemplo de la previsión de los poderes públicos y/o la defensa de la ordenación del territorio que hacemos en este país (bueno, en general en los países del Mediterráneo, si no recordad las imágenes del pueblo entero que desapareció en Italia por un DESLIZAMIENTO de tierra.
por otro, el cambio climático. Si bien es cierto que son ciclos que siempre se han dado, con distintas periocidades, incluido la mayor o menor potencia del anticiclón de las Azores,la tendencia general es a un cambio en los patrones climáticos que no nos es muy favorable: vamos, mariquita el último, y me da igual que sea por causa sólo del hombre o sea también natural, si se puede frenar, pues mejor.
Y finálmente, la Tectónica de placas. Donde no pintamos nada, simplemente hay zonas donde es mejor no vivir, porque coinciden con un borde de placas, llámese Chile o California (o Estrecho de Gibraltar, aunque menos activo). Y mejor star en un pais desarrollado, donde los daños materiales van a ser mucho mayores, pero apenas (comparativamente) se pierden vidas, que euno subdesarrollado, donde no se pierde mucho económicamente pero la perdida de vidas humanas es ingente (Comparación Haití con Japón o incluso Chile, donde las perdidas humanas fueron sobre todo por el tsunami posterior y la estupidez del Gobierno de recomendar que la gente volviera a sus casas en la costa).
Después de esta clara muestra de pedantería, que espero sepais comprender por la tardía hora y mi situación de vacaciones forzosas inter-contrato (cágate) me despido. Enhorabuena, Mamen, por tu modernizada y tuneada salita de café :-)

Mamen Orcero dijo...

Ya te echábamos de menos, sí señor. Gracias por venir a dar tu opinión como profesional que eres del mar y sus ciencias. Espero que la vuelta de las vacaciones (muereté) signifique también la vuelta a tu tertulia. Aquí andamos como siempre, dándole vueltas a lo cotidiano.

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