Si hay algo que le guste a un padre es ver a su retoño bailar en la fiesta de fin de curso.
Esa sensación de observarlos en el escenario paseando el disfraz de animalito, chulapo o bailarina, hace que el orgullo se crezca por dentro y afloren todos los sentimientos de ternura a los que cuesta mantener a raya para que no te traicione la lágrima.
Ver a la madre que te toca al lado, seguramente una magnífica profesional de lo suyo, moviéndose al ritmo de la canción y repitiendo como en un eco cada una de las estrofas de la letrilla, te hace sentir menos ridícula cuando reconoces que tú también te la sabes y que el propio bamboleo de tu cuerpo no pierde el compás con el de tu vecina de evento.
Luego al día siguiente, alguien te enseña un vídeo y es cuando te das cuenta de lo ridículo que estaba tu bailecito y de lo arrítmico del movimiento. Pero en ese momento no. En esos minutos que dura la actuación, en lo único que puedes pensar es en los ojillos que te buscan a través de la gente, esperando la sonrisa de admiración y el saludo que les dejará grabado en el álbum de la memoria que aquel día tú estabas allí, deseando estallar en un aplauso y rivalizando con las demás porque el tuyo es sin duda el más guapo, el que mejor baila, vamos, el perfecto.
Yo que soy muy de analizar las cosas, pienso que en el fondo el teatrillo del colegio se corresponde de alguna manera con el enorme escenario de la vida y que si algo tiene el momento de intenso es debido a que en la parte del corazón en la que se cuecen los temores, los padres sabemos que ese es el papel que tendremos que jugar siempre. Estaremos allí, apoyando, cosiendo la ropa para la actuación y animando con los poros de la piel si es necesario, pero todos tenemos la certeza de que una vez subidos al escenario, serán ellos los únicos responsables del tropiezo, de la risa o del aplauso.
Hoy es el día de ver las fotos y agradecer: a la seño que se curró el trabajo como cada año, a la familia que vino a aplaudir como loca y a mi niño que me hizo disfrutar de su risa.
Sé que esta vez me puse sentimental y no quiero convertirlo en costumbre, pero a tí, a ese que sonríe pensando en la exageración del sentimiento quiero decirte que algún día te tocará y te acordarás de mis palabras cuando despiertes en el patio de un colegio, bailando las canciones de Travolta o cantando, a voz en grito y en un tono desaforado aquella canción tan bonita que dice: "Un día Noé a la selva fue..."
Así es la vida.
8 comentarios:
Os dejo los comentarios de la tertulia de Facebook
Rosa Fernandez: Me ha encantado tu texto y yo que estoy en ambos lados, me pueden los nervios esos minutos de actuación. No sé si será la edad, pero me estoy volviendo más sentimental y vivo con intensidad cada momento de mis niños, porque al fin y al cabo son en parte también mis niños. Hoy ha sido un día de besos y abrazos, un hasta luego que todos necesitamos, para recuperar fuerzas. Feliz verano.
La Geli: Yo llevo echando la lagrimilla desde que mi sobrina María entró en escena. El problema es que la familia ha crecido mucho, y me las veo y me las deseo para poder estar en 4 colegios a la par, para que no falte ninguno. Este año se han salido todos, "el congelao", "el pajarito", "la amiga de Olivia y Travolta", "el caballero medieval", "el dragón" y el "chulapo". Un besito para todos que han estado muy muy simpáticos y me han hecho disfrutarlo.
Antonio Orcero Domínguez: Yo todavía no he podido acudir a ninguno de esos acontecimientos,pero una vez hice de rey mago en la guarde para la niña y disfruté mucho de ese momento,me parecía increible que no me reconociera,está claro que estaba tan abstraida en la ilusion del instante que no se daba cuenta de nada.
Ana Maria Flores Ortega: Que bonito ta salio, lo unico malo de esas fiestas es que estás haciendo las fotos y cuando crees que ya tienes pillada la mejor de tu hijo, coño se levantó la buela del niño que esta detrás pa decirle que es el más guapo y te jode la foto.
M Carmen Orcero Domínguez: Es interesante conocer tu punto de vista Rosa porque como dices tú perteneces a los dos lados de esta historia y debe ser un día especial también para vosotros que estais continuamente despidiéndoos de niños que crecen y se van.
Ja, ja, se me cruzó el comentario con el de Ana y es verdad, el tema de la abuela que se levanta, o levanta la manita para saludar es inevitable...luego miras las fotos y hay cabezas por todas partes.
Muy bonito Mamen. Tus sentimientos solo los puede entender los que son padres o madres. Lo que siembres ahora con tu hijo, lo recogeras en hermosos frutos el dia de mañana. Qué suerte tienen estos enanos con casi tres meses de vacaciones por delante y nosotros.... bufff, nosotros, a ver como nos apañamos...
Hablando de fin de curso,que sepais que yo ya he acabado mi curso en ferrol y que hoy me voy pa "la isla",a partir de ahora os hablare desde mi casa en san fernando con tres niños tirándome de los pantalones, si arreglo mi problema con el router wifi,por cierto ¿hay alguien que tenga un router wifi a buen precio?los de ONO son un robo.
Me identifico contigo, son nuestros pequeños intentando hacerlo bien después de muchos ensayos, alguna lágrima que otra se puede saltar y que importa el ridículo con la emoción por verlos crecer y compartir el momento, en un futuro serán recordados como únicos incluyendo las cabezas y las manos de esa fantástica foto.
Para el primu que pide más que los curas antiguos, tengo para tí el router wifi sin precio, a condición de que sigas entrando en el blog. Y a Fer y JCR deciros que gracias por la fidelidad. Desde que hice una página en facebook con enganche al blog, mantengo allí una tertulia paralela y muchos de los contertulios se están pasando, pero el blog tiene algo de familiar con mantelito incluido que me encanta y me gusta mucho veros por aquí. Pienso que nuestros enanos tienen suerte, es verdad, porque me imagino que como nosotros también estareis dedicados en cuerpo y alma a sus notas, actividades extraescolares, aficiones y demás movidas que dejan "enanas" nuestras vidas de padres. Todo por verles felices porque sin duda al final ellos son lo único que importa.
Josema Dalton: Otro fenomeno de las fiestas de fin de curso es que cuando miras hacia atrás, si has cogido buen sitio delante, lo que ves son decenas camaras de video, (una por niño como minimo), deseperadas por captar el momento. Son las imágenes que quedarán para el recuerdo, pero cuya captura nos impidió disfrutar del momento como es debido.
El miércoles a las 10:16 ·
La Tertulia: Afortunadamente en mi caso, el cole de mi hijo cuelga el vídeo de la fiesta en la página web porque todos los años veo la actuación dividida en instantáneas desde detrás del visor de la cámara de fotos, es verdad.
El miércoles a las 11:25
Rosa Fernandez: Bueno, eso de colgar los vídeos en una web supongo que es previo permiso de los padres, porque hay que tenerlo para poder publicar la imagen de un menor. Pedimos autorización incluso para publicar sus composiciones escritas en el blog de aula.
En cuanto a mi profesión me siento una privilegiada, porque el cariño, la energía y vitalidad que aportan, así como el orgullo que se siente cuando ves como avanzan hace que compense otros momentos más serios.
El miércoles a las 16:35
La Charito: Visto desde fuera son dos minutos de actuación y un montón de quebradero de cabeza de disfraz, mil empujones con las madres y abuelas de los demás niños y mil cámaras que no te dejan ver a tu niño; pero es tan emocionante ver a tus pequeñines como se hacen mayores. Los ves ahí arriba con sus mejores sonrisas y con toda su ilusión, es impresionante. Siempre parece que somos nosotros los que lo hacemos todo por ellos, pero, esos minutos de felicidad que nos regalan hacen que todo merezca la pena.
El miércoles a las 22:00
Ana Paez Bello: Qué bonita reflexión!!!!Sólo puedo hablar de mi experiencia desde el punto de vista de cuando actuaba en el cole....y es cierto que la mezcla de nervios e inseguridad desaparecía si tus padres estaban entre el público dedicándote una sonrisa....Para todo son la base de nuestra vida...aiiiiins
Ayer a las 10:56
La Tertulia: Gracias Ana por tu punto de vista de hija, es verdad que esa miradita de papá y mamá es muy importante en la vida de un niño.
Ayer a las 11:23 ·
Pilar Bravo Diaz: Ay! Que recuerdos. Yo me pasé una tarde enterita cuando estaban de moda las spice girls viendo bailar a las niñas con las canciones. Todas las niñas de todos los cursos bailaban practicamente la misma canción imitando a las spice,¡que locura! Lo que se hace por los hijos !. Cuándo nosotras eramos pequeñas los padres no acudian con tanta asiduidad a ver nuestras actuaciones. Nosotras nos lo comiamos y nos lo guisabamos solitas ¿ O no Mamen ?
Ayer a las 19:08 ·
La Geli: En mi "cutre" colegio Miramar nunca tuve ninguna actuación ni me disfracé nunca de nada. Vamos que ni de pastorcilla, así que creo que ahora los niños tienen muchas más posibilidades para divertirse y que de mayores tendrán mucho mas recuerdos que nosotros de la etapa del cole. Yo recuerdo más una huelga que hicimos contra el director. En fin, ¡era más reivindicativa en aquella época!, con la edad me he vuelto más conformista.
Ayer a las 20:02
La Tertulia: La verdad es que estoy de acuerdo con los dos comentarios anteriores. Es verdad que estos niños de ahora tienen más actividades y que estos padres de hoy estamos más "esclavizados", en el sentido de que aunque lo hacemos todo por ellos, a veces como decía en un comentario en el blog los padres vemos nuestras vidas cada vez más enanas, más en función de las de ellos, al menos mientras son pequeños.
Ayer a las 21:32
Sinquerer molestar a nádie,hago una reflexión sobre un comentario, y medigo cuando mis hijos hivan al colejio, es que entodos los colejios se selebravan fiestas de fin de curso, y ahora digo yó estos que se sacrifican tanto por sus hijos, como se las apañarian sin esos padres que segun ella no se sacrificaban por ellos.
No se trata, creo yo, de que los padres se sacrificaran más o menos antes que ahora. Se trata de que el sistema educativo era diferente. Antes para que un profesor llamara a un padre a una tutoría tenía que ser que el niño hubiera hecho una gamberrada o algo por el estilo, si no te ibas del colegio sin que tu padre hubiera tenido que ir por allí porque hasta las notas te la daban en la mano y sólo tenían que volver firmadas. Ahora es diferente. Hay más comunicación con el colegio y desde allí te piden una colaboración más estrecha.
En cuanto a las fiestas, si las había se hacían en horario escolar sólo con los niños.
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