Recuerdo que mi madre nos contaba de pequeños historias que habían ocurrido en mi ciudad y que a ella la habían marcado para siempre. Algunos eran sucesos terribles como el del bebé que amaneció una mañana en un vertedero o el del incendio que destruyó un asentamiento de chabolas entero, historias que volvían a mí en las sombras inquietas de la madrugada y que ella contaba todavía estremecida por el impacto a pesar de los años pero con la naturalidad con la que las madres contaban relatos de miedo, antes de que las tertulias televisivas y los psicólogos-presentadores empezaran a hacernos sentir culpables a los padres de la inconsciencia o la "mala baba" que traen inherentes algunos hijos.
En esa época que recreaba mi madre la televisión prácticamente no se conocía, al menos en este lugar del mundo y a parte de aquellos programas de radio con las dedicatorias cantadas, cada cual se emocionaba o se indignaba con el incidente ocurrido a algún vecino cercano.
Ahora las desgracias son tan públicas que basta solamente con desconectar un segundo de tus propios pensamientos para que te llegue a través de los "miles" de canales de comunicación que nos bombardean a diario la realidad cruda, imponente y brutal de seres humanos que viven y mueren en un mundo que la mayoría de los espectadores no conocemos y al que nos sentimos muy afortunados de no conocer.
Me preguntaba un contertulio del blog: ¿nos estamos deshumanizando?
Pues yo espero y confío en que no sea así. Y de hecho creo que no lo es. Mi barómetro que está basado en la gente de mi alrededor con la que hablo a diario, me dice que hay mucha impotencia y mucho llanto contenido en el ciudadano de a pie que asiste cada día a las maldades contadas en directo. Lo que ocurre es que el bombardeo es tan masivo que tenemos que seleccionar, para no volvernos locos, aquello por lo que es posible luchar y eso otro por lo que no podemos hacer nada, sólo confiar en que los hombres poderosos se sienten algún día a decidir arreglarlo.
Colaborar mandando ayuda para un desastre natural mueve a la gente que realmente está deseosa de tener la oportunidad de hacer notar su buena voluntad hacia el prójimo, pero es difícil moverse por solucionar un conflicto armado o el hambre legendaria de un pueblo.
Es verdad que a veces yo misma he cambiado de canal para hacer oido sordo al sufrimiento pero en el fondo no ha sido porque sea menos humana o no tenga sentimientos, casi siempre es porque he llegado a sentir vergüenza de convertirme en la espectadora macabra de una muerte anunciada para la que no encuentro el remedio.
Precisamente de esa humanidad de muchos es de donde sale la deshumanización de unos pocos que ven abierto el resquicio del negocio y el momento de hacer fortuna con la buena fe de la gente.
Estimado Ulric80, este tema fue propuesto por tí y desde este momento, tienes la palabra...
7 comentarios:
Es verdad. Algunas veces yo quito el televisor porque no puedo soportar lo que se ve pero es que no se puede colaborar con todo. Creo que eso es más bien cosa de los gobiernos.
Sería imposible implicarnos en todo lo que ocurre en el mundo. Incluso las personas más comprometidas, cooperantes, voluntarios de ONG, tienen que centrarse en un compromiso concreto, no puedes salvar al mundo. Otra cosa es que políticamente exijamos a nuestros gobiernos que actuen políticamente de forma consecuente.
Yo creo que el hombre desde que aparecio en la Tierra ha tenido siempre la misma maldad que vemos hoy en día,pero ahora con los avances tecnológicos vemos in situ todo lo que ocurre en el mundo,antes estabamos mas desinformados.
Lo que sí es verdad es que esos avances tecnológicos han provocado lo que los expertos denominan crímenes por repetición. El loco de turno que quiere lograr la hazaña que ha realizado otro. Y ahí sí pienso que tienen la culpa los medios de comunicación porque hacen caja explicando todos y cada uno de los detalles de lo que ocurrió y convierten en un héroe al desgraciado de turno.
He recibido una imágenes censuradas del 11-M ¡muy fuertes! ¡Los pelos de punta! ¡Madre mía! lógico que no se publicaran, pero por otro lado la persona que me las envía conoce muy bien los medios por los cuales se nos puede manipular y desviar nuestra atención hacia otros lugares, como bien dice nos manejan. Mucho cuidado con los medios, creo que tenemos que saber seleccionar sin perder nuestro lado humano.
No se si la palabra deshumanizar sea la mas ajustada. Pienso que en realidad lo que hacemos es revestirnos de una fina e invisible lamina que nos aisla de la pena ajena. De otro modo, sería imposible mirar hacía delante...
Sí estoy de acuerdo. Una fina lámina que nos aisla pero muy poco.
En cuanto a los medios, no sé si ellos nos manejan o nosotros nos dejamos manejar. Otro debate curioso.
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