El año viejo llevaba ya un rato guardando sus cosas en un hatillo. Acarreaba con él para siempre los sueños rotos y los deseos no cumplidos de tanta gente, que no pudo dejar de pensar en cuánto daría por poder charlar, aunque fuera un ratito, con el año nuevo que llegaba a sustituirlo en la ardua tarea de dejar pasar el tiempo.
Pero eso era imposible, ya se lo habían advertido. En el escaso segundo en que se cruzaran con el sonido de fondo de las campanadas del reloj, apenas había tiempo para un apretón de manos y el esbozo de una sonrisa sincera, neutra, sin estridencias, en la que el nuevo recluta del tiempo no pudiera adivinar la amargura ni la infelicidad del que se iba sin culminar la tarea.
Miró nuevamente el reloj. Estaba nervioso. Volvió a apretar el lazo del regalo que dejaba para el año entrante, lo único que podía hacer para no sentirse inútil, y volvió a mirar a su alrededor por si se dejaba algo.
Prefirió no pensar en lo que había pasado ni en lo que pudo ser y no fue. Su misión terminaba y tendría toda una eternidad, más adelante, para cargar con el peso plomizo de su calendario. Ahora había que estar a lo que estaba. Era la hora de dar el relevo y de atisbar, en la cara del compañero, la emoción de venir al mundo.
Con la primera campanada apareció, de la nada, con el traje planchado y el peinado perfecto. Su cara le recordó a él mismo en el espejo, cuando todo era ilusión y el futuro parecía fácil.
Se acercó, con la seguridad del maestro que parece vivir para mostrarte el camino, y se atrevió a darle un abrazo, en un ataque de emoción que sorprendió al año nuevo. Le entregó su regalo, envuelto en el papel brillante en el que se envuelven los sueños y le indicó el camino al escenario donde ya se oían los aplausos.
Antes de irse, con la última campanada de las doce, lo observó desenvolver nervioso el paquete donde él le había dejado de regalo la esperanza, esa que no debe perderse nunca, y que todos los años viejos tienen que dejar al que llega para que ilumine con su luz nuestras tinieblas.
- Suerte compañero- dijo, mientras saltaba hacia el lugar donde se guardan los años que vivimos- que la esperanza ilumine el camino de todos y ayude a cada uno a ganar su batalla.
12 comentarios:
Estimada Mamen: Un relato original y ameno. Yo también tengo preprado uno parecido para señalar el cambio de año.El tuyo es mejor, más esperanzador que el mío. Yo lo pienso publicar el mismo día 31.
Felices fiestas. Un saludo.
feliz año nuevo.esperemos que no se despeine y que su traje le dure limpio todo el año.
Pues el pobrecito año nuevo ya llega cargado de mala leche... subida de la luz, el gas, el billete de renfe... Fer, tranquilo... tranquilo... acuerdate de la promesa... cuenta hasta diez. 1,2,3.... Buffff !! vaya, parece que funciona. ;)
Fer, por Dios, sigue contando 4,5, 6... la esperanza...no te olvides de la esperanza.
Feliz entrada de año a todos.
Juan, te leeré el 31.
Felices fiestas Mamen!! Que texto más bonito, lleno de esperanza y de luz para un año que seguro que sera distinto a los demás. Solo hemos de creer en nosotros mismos. Un beso
Gracias Isabel. Esta vez he cambiado de registro para no cansar y se me ocurrió escribir un relatito para empezar el año.
Felicidades a tí también. Un saludo
Precioso. La ilusión de empezar un año nuevo. De verdad que me ha emocionado.
Feliz Año a todos.
J.J.
Que bonito hermanita.
Yo tengo esperanza. Si he sobrevivido a los tres años anteriores, lo que venga está "chupao".
FELIZ Y ESPERANZADOR 2011
La Charito.
¡Feliz 2011 paisana!
Mis mejores deseos para ti en este nuevo año que entra... ¡un abrazo grande!
Mamen, ¡FELIZ 2011!!!!!!!!!
Que tengas un hermoso año, para ti y tu familia.
Me alega mucho el haberte conocido.
Un beso grande.
Gracias y felicidades a todos, en especial a estos nuevos amigos que se han ido incorporando a la tertulia durante el 2010 y a los que espero tener por aquí mientras este invento dure.
En cuanto a Kike, no tengo ahora mismo muy claro con la diferencia horaria en qué momento será tu cambio de año allá en Argentina. Pero te prometo que me encanta la sensación de saber que en un lugar tan lejano geográficamente, he conocido buena gente a través de este blog y que teneis para mí tan buenos deseos como yo para vosotros.
Suerte compañero, le dijo el año viejo al nuevo....
Después de días intensos en los que me tocó preparar las cenas de noche buena, noche vieja y año nuevo, puedo sentarme para leer el regalo, esa esperanza para desear lo mejor para el 2011 y dicen que año nuevo vida nueva, felicidades.
Besos y abrazos para todos.
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