Bueno, aquí estoy otra vez.
Es verdad que llevaba unos días sin publicar nada nuevo, y antes de que penséis que me retiro, he venido por aquí a dejar constancia de mi existencia porque mientras no me lo rueguen con tono de desespere o sea la autoridad la que por orden me lo impida, seguiré al pie del cañón dejando mis pensamientos y lanzando con disimulo el anzuelo tentativo del debate.
Pero es que estos tiempos ando un poco revuelta. Como sabéis porque os lo conté, este próximo mayo mi hijo el pequeño hace la Primera Comunión y la cosa tiene tarea.
Pero voy a dejarme de rollos ¡Como nos gusta a las mujeres un evento de este tipo!
Mira que ya he demostrado que yo no me siento machista, y que eso de generalizar no es propio de inteligentes, pero hay que reconocer que lo mismo que somos iguales en miles de detallitos, hay otros donde se nota al vuelo la diferencia de sexo. En mi casa el ejemplo está más que claro. Preguntad si no a mi marido si se acuerda así sin pensarlo de la fecha señalada, si tiene decidido qué ponerse o le hace falta hacer una renovación de corbata. A no ser que me lo hayan cambiado durante esta madrugada, no creo que a estas alturas pueda contestar la encuesta, si acaso dirá que sí, que algo habrá por ahí, con la vaguedad por supuesto del que no lo tiene claro y mirándome de soslayo pensando la que le cae si no acierta en el cuestionario.
En cambio yo, ya lo tengo todo: el consabido traje de marinero del niño, la vestimenta elegante de la madre y hasta el atuendo de mi hija preadolescente que eso sí que ha sido un parto y no lo de su cesárea.
Este año además está el tema de la crisis. No estamos para muchos derroches en mayo porque nunca se sabe que nos puede deparar junio, así que entre que queremos ahorrar y que me pilla en el paro, digamos que me estoy encargando personalmente de todo. Mi amiga Mónica y yo, que estamos las dos en las mismas, haciendo como que nos cuesta la vida, nos hemos recorrido ya locales donde celebrarlo, tiendas de ropa elegante, negocios de chucherías y no sé cuantas cosas más.
Otra diferencia importante es la competitividad. No me imagino a los padres, en la puerta de la catequesis, preguntándose unos a otros si ya se han comprado el traje. En cambio nosotras sí. Hombre, no vaya a ser que repitamos modelo y nos encontremos de pronto con la tragedia espartana de ir igual que la de al lado.
Si por lo menos ella es, digámoslo así…más gordita…bueno puede pasar, porque siempre te sentirás favorecida si le ganas a tu rival. Pero como seas tú la que despunte en el arte de los michelines, bueno, más vale perderse porque se te arruinó la efemérides.
Hablando un poquito en serio, sé que habrá muchas personas que no estén de acuerdo con esta manera de sentir la vida y que a esto sólo le vean una parte absurda y frívola. Independientemente de que signifique o no algo para cada cual desde el punto de la religión, sé que el resto de todo no es más que consumismo puro, no os lo voy a negar. Pero tengo que decir en mi defensa que sigo una máxima que dice que vivir significa intentar ser feliz. Pienso sinceramente que es lo único que te llevas cuando te vas, los buenos ratos que hayas vivido. Ver la ilusión en los ojos de mi hijo, saber que todo es por él y que le va a encantar, eso me pone las pilas con una fuerza que me hace olvidar lo malo que haya habido en el pasado o lo incierto que pueda llegar el futuro. Es evidente que cada uno tiene que vivirlo según sus posibilidades y dentro de un orden. Para mí el hecho de que se reúnan las dos familias y compartir el día ya me parece estupendo y me merece la pena el esfuerzo.
Si por lo menos ella es, digámoslo así…más gordita…bueno puede pasar, porque siempre te sentirás favorecida si le ganas a tu rival. Pero como seas tú la que despunte en el arte de los michelines, bueno, más vale perderse porque se te arruinó la efemérides.
Hablando un poquito en serio, sé que habrá muchas personas que no estén de acuerdo con esta manera de sentir la vida y que a esto sólo le vean una parte absurda y frívola. Independientemente de que signifique o no algo para cada cual desde el punto de la religión, sé que el resto de todo no es más que consumismo puro, no os lo voy a negar. Pero tengo que decir en mi defensa que sigo una máxima que dice que vivir significa intentar ser feliz. Pienso sinceramente que es lo único que te llevas cuando te vas, los buenos ratos que hayas vivido. Ver la ilusión en los ojos de mi hijo, saber que todo es por él y que le va a encantar, eso me pone las pilas con una fuerza que me hace olvidar lo malo que haya habido en el pasado o lo incierto que pueda llegar el futuro. Es evidente que cada uno tiene que vivirlo según sus posibilidades y dentro de un orden. Para mí el hecho de que se reúnan las dos familias y compartir el día ya me parece estupendo y me merece la pena el esfuerzo.
Una vez, a mi sobrina Irene la invitaron a dar una charla en la Universidad. Ella había tenido una beca Erasmus el curso anterior y fue a dar a conocer su experiencia a los becarios de ese año. Irene se subió a la tarima y le dijo a los estudiantes: la beca no tiene comparación con nada, vamos…ni con el año de la comunión. Es curioso como cada acontecimiento deja muescas diferentes en la vida de las personas. No había vivido ella otra como ésta, desde el año de la comunión…ja, ja, esta Irene…
14 comentarios:
Ja, ja...el año de la comunión. Yo recuerdo con mucho cariño la mia, era el protagonista y me alegro de que mis padres hicieran eso por mí.
Felicidades por el blog
McM
Que aburrido sería que hombres y mujeres fueramos iguales... !!. Es evidente que somos muy distintos. Mis hijos no van a hacer la primera comunión, aunque si estan bautizados, porque me parece un exceso. Pero respeto a cada cual que siga el rito. Todavía tienes tiempo para coger la línea.
Un besín.
Gracias McM por participar. Yo también recuerdo con cariño ese día. A los ojos de un niño es un acontecimiento que se hace en su honor y eso creo que se recuerda siempre.
Pero también estoy de acuerdo con Fer en que todo es un exceso. En mi caso, la verdad es que tampoco hacemos un dispendio exagerado. Es una comida con la familia más cercana porque de la otra forma se convierte en un bodorrio y eso sí que me parece una barbaridad que no nos podemos permitir. Ahora, con todo y con eso, la celebración conlleva comprar ropa nueva, etc, etc y por eso ando con mis amigas dando vueltas y buscando que todo salga lo más "arregladito" posible.
Mamen, qué arte tienes para contar las cosas. Me has sacado una sonrisa con el tema del vestido y la gordita.
En cuanto al tema de las comuniones, mis hijos no las hicieron. Desde el primer año escolar ya hablé con la dirección de los centros escolares para que no recibieran clases de Religión sino de Ética. Cuando les llegó la edad les pregunté si querían hacer la comunión con sus compis y ellos mismos decidieron que no.
Sin embargo luego, cuando uno de ellos fue padre, sí que celebró la de mi nieto porque éste estaba ilusionado. Y me desplacé a Valencia para acompañarlo y celebrarlo en el lugar donde rodaron la serie "Cañas y barro".
Y es por lo que tú dices:
"Ver la ilusión en los ojos de mi hijo, saber que todo es por él y que le va a encantar, eso me pone las pilas con una fuerza que me hace olvidar lo malo que haya habido en el pasado".
Un beso.
P.D: Pasaré la última semana en Granada en un encuentro poético y por eso no te visitaré en lo que queda de mes.Disculpame.
Amigo Juan.
Gracias por pasarte. En esto de la comunión yo creo que todos en el fondo sabemos que no es más que jolgorio, creo que incluso la gente que es muy muy creyente lo sabe porque pedirle a un niño de 9 ó 10 años que piense en su unión con Dios y no en el regalo que le van a hacer y en lo bien que va a quedar con los amigos, es algo absurdo. Si la iglesia quisiera hay muchas formas de quitar este morbo de mayo, como el hecho de que se pudiera tomar la comunión en otra época del año, que no se le diera tanta importancia a ese día, etc., así que no me vengan con historias que este montaje no lo he ideado yo.
Buenos días Mamen, retomo nuevamente las tertulia ¡por fin me encuentro libre! después de unas semanas de intenso trabajo, me faltaba algo.
La sensación que me quedó fue la de ser el auténtico protagonista, la ropa, la celebración, los regalos, habías cumplido, pero también fruto de los tiempos, tenías una responsabilidad, tenías que hacerlo bien.
Hoy me pregunto qué pasa por la cabeza de los niños que la tienen que hacer ¿tendrán la misma sensación? posiblemente diferente, pero espero que el recuerdo que tengan sea el mismo que yo tengo cuando miró la fotos de aquella época, tíos, primos y sobre todo la alegría que se podía reflejar en las caras de todos los asistentes, no creo que por la comunión ¡pienso! pero seguro que por el momento familiar.
Espero que todo vaya bien y podáis tener una gran celebración.
Un fuerte abrazo.
Hola JCR.
Me alegro de que te hayas quedado un poco más libre de obligaciones y vuelvas al cafelito.
Yo pienso que nosotros nos creíamos más lo de la comunión que nuestros niños. Supongo que en ello también influían nuestras madres, más temerosas entonces de cumplir con el rito (a mí no me dejaron desayunar antes de comulgar)y la propia sociedad que le daba un carácter más religioso del que se le da ahora. Pero en el fondo, como tú dices, lo que queda al final es el recuerdo que se graba en la mente de un niño y ese recuerdo, cuando es bueno, siempre va unido a las imágenes de la familia compartiendo una tarta y trayéndonos un regalo, aunque fuera como en mi caso o en el de mis hermanos una pluma de plástico metida en una bola con la cara del Papa ¿te acuerdas?
Me acuerdo, por no mencionar la piedra con el crucifijo o tantos otros regalos relacionados con el tema, que por cierto todavía conservo y para mí son un grato recuerdo.
A mi me parece Mamen, que yo soy un poco hombre... Antes debía llamarme Manolo, porque ya no recuerdo la fecha que me dijiste que era la comunión.
Si al final mi hija decide que quiere hacer la comunión, no me imagino recorriendo los restaurantes para reservar, ni nada de eso. Tendré que hacerlo pero seguro que nos quedamos sin sitios y tenemos que improvisar cualquier cosa. Creo que voy a tener que necesitar tu ayuda no?. Todavía recuerdo el día antes de mi boda, cuando vimos que el velo que acababa de recoger traía una mancha de rotulador,,, ¿Te acuerdas que sofocón? ,jeje.. Como siempre todo a última hora. Lo mismo me pasó el día de tu boda, que fui a recoger el vestido y no me gustaba mucho y en el último momento me puse ha hacerle unas flores,,,, o el la boda de Antuan que cuando íbamos para la iglesia, se me ocurrió que no me gustaba el peinado que me habían hecho y me hice unas planchas,,,), y para que contar en la boda de Chari ... fue para escribir un libro.
Quien recuerda el regalo de comunion mas llamativo?, yo creo que el que se lleva el premio es el de el bolígrafo metido en una bola donde aparecía la cara del Papa y la inscripcion "recuerdo de mi primera comunion" juas juas juas.
Querida Geli, sí hay que reconocer que a tí el mundo de las princesitas y de los cotilleos nunca te ha ido mucho, pero eso sí, con lo que te gusta innovar y retocar a tu manera todo lo que te pones para un evento, te veo el día antes de la comunión poníendole un volante al vestido que lleves. Je, je...eso si tu hija la hace porque, hija, no podía parecerse más a ti. Con lo "noble" que es su padre...ja, ja...
En cuanto al primu, veo que no nos hemos leído los comentarios ¿eh? porque de la bola con cara de papa ya hablaba yo y JCR a recordado, para fliparlo, el crucifijo que iba metido en una piedra como de granito...imaginaros que le regalan este año uno a mi hijo..no sabría que hacer con él...ja, ja
Venga, a ver si alguien se acuerda de otro regalito de estos surrealistas.
Yo estoy con Mamen en que aunque sea un rollo el temita de la comunión, si va a ser un buen recuerdo para mis niños, ahí estaré dentro de un par de años buscando magos o castillos hinchables por todos los sitios.
A mi me regalaron dos o tres regalitos horrorosos en los que por supuesto estaba El Papa, uno era una media bola con la foto del santo pontífice y dos agujeros donde estaban clavados dos bolígrafos feisimos como si fueran dos banderillas.
Perdona si no he comentado antes, pero ya sabes que no he estado muy en condiciones. Y aquí , si no hablo es para matarme, después de la "jartá" de vueltas que nos estamos metiendo para que todo salga lo mejor que se pueda sin que se pase del presupuesto. Y, en realidad, por esto se tiene el calentamiento de coco, porque si no, ya me dirás. Me he partido de risa viéndolo desde primera línea, claro . Y te recuerdo que no me he probado todavía el traje; ahí está esperando a que los kilillos de más se tomen unas vacaciones, que con eso de la crisis se lo están pensando, los muy c.... Te juro que no voy a mirar ropa en muchísimo tiempo. ¡Qué coraje me está dando! Todos sabéis que al final todo es por ellos, los hijos, y, por Dios (uyyy, cómo se nota la catequesis....), para una vez que veo a mi hija superilusionada, con lo pasota que es, ¿no voy a hacer todo lo posible para que ella también tenga su día especial? Besitos. Mónica.
Pero ¿y lo que nos estamos riendo? Anda hombre, si no fuera por estas cosas que nos sacan de la rutina, la vida sería un rollo ¿o no? al menos para la gente de a pie, para las que no formamos parte del glamour y la vida loca, a esas no les hace falta un evento infantil como el nuestro. Pero qué se la va a hacer. Esto es lo que hay
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