En mi pueblo (me gusta llamarlo así aunque alguien se enfade) hay un grupo de música que lleva mucho tiempo persiguiendo un sueño.
Los conocí cuando ellos y yo éramos más jóvenes y a través del tiempo, he vivido su tenacidad y sus ganas de hacerle llegar a la gente una particular concepción de la música.
Hubo una época en que "Los Hermanos Dalton" fueron protagonistas de todos los eventos y festivales de esta parte de la Península, y hubo otra diferente en la que se acercaron vertiginosamente al abismo de la fama, a través de sintonías y minutos de gloria que les permitió dejar su huella en las radios y en la tele de hace algún tiempo.
Ahora los sigo en esta aventura que han recomenzado, con un nuevo disco que ya empieza a gustar, tanto entre los daltónicos de siempre como entre esa nueva generación que me consta se está apuntando.
Esta vez el grupo, con el título del disco, vuelve a gritar con la voz ronca del rock que siguen esperando una señal que aún no ha llegado.
Sé que hoy como siempre, todo se mide en el saldo contante y sonante del euro y que quizás, en su vida musical, lo que ha faltado es el padrino necesario para hacer más fácil, el camino que lleva hasta el salto del ruedo. Tal vez "DRO" o "Globomedia" nunca sabrán lo que se perdieron, en aquellos cortejos musicales con los que les pegaron el dulzor de la miel sobre los labios, cuando era más rentable apostar por Operación Triunfo que por la calidad de la buena música, sonando desde los instrumentos de unos chicos de barrio.
Pero si de alguna manera nos empeñamos en creer que la justicia existe, creo que es el momento de decirle a estos amigos que no deberían pasar el tiempo esperando, que la señal, la que esperaban, hace mucho que llegó desde el cariño y la gratitud de la gente, de los incodicionales que llevan toda una vida apostando por el sonido gutural de sus guitarras.
Yo que soy una asidua de internet, puedo decir, por si no se han dado cuenta, que la red está llena de comentarios de gente que quieren saber de ellos, que quieren volver a vibrar con los acordes, ajenos a las luces de neón que confunden a los divos. Nunca, de verdad, había leído sentimientos tan personales dedicados a unos músicos. Los fans, que les llaman por su nombre de pila, saben el resto que han dejado detrás de tanto esfuerzo.
Tal vez económicamente no compense, y eso es frustante ya lo sé, pero el orgullo, la credibilidad y la sensación de las cosas bien hechas también pesan mucho en las alforjas del viaje. A veces, la vida te demuestra que sólo hace falta ajustar bien la antena y que la señal, esa que a todos nos hace falta, está más cerca de lo que nunca habíamos creído tenerla.
Josema, Jesús, Carlos: Suerte. Nos vemos en el próximo concierto.
Los conocí cuando ellos y yo éramos más jóvenes y a través del tiempo, he vivido su tenacidad y sus ganas de hacerle llegar a la gente una particular concepción de la música.
Hubo una época en que "Los Hermanos Dalton" fueron protagonistas de todos los eventos y festivales de esta parte de la Península, y hubo otra diferente en la que se acercaron vertiginosamente al abismo de la fama, a través de sintonías y minutos de gloria que les permitió dejar su huella en las radios y en la tele de hace algún tiempo.
Ahora los sigo en esta aventura que han recomenzado, con un nuevo disco que ya empieza a gustar, tanto entre los daltónicos de siempre como entre esa nueva generación que me consta se está apuntando.
Esta vez el grupo, con el título del disco, vuelve a gritar con la voz ronca del rock que siguen esperando una señal que aún no ha llegado.
Sé que hoy como siempre, todo se mide en el saldo contante y sonante del euro y que quizás, en su vida musical, lo que ha faltado es el padrino necesario para hacer más fácil, el camino que lleva hasta el salto del ruedo. Tal vez "DRO" o "Globomedia" nunca sabrán lo que se perdieron, en aquellos cortejos musicales con los que les pegaron el dulzor de la miel sobre los labios, cuando era más rentable apostar por Operación Triunfo que por la calidad de la buena música, sonando desde los instrumentos de unos chicos de barrio.
Pero si de alguna manera nos empeñamos en creer que la justicia existe, creo que es el momento de decirle a estos amigos que no deberían pasar el tiempo esperando, que la señal, la que esperaban, hace mucho que llegó desde el cariño y la gratitud de la gente, de los incodicionales que llevan toda una vida apostando por el sonido gutural de sus guitarras.
Yo que soy una asidua de internet, puedo decir, por si no se han dado cuenta, que la red está llena de comentarios de gente que quieren saber de ellos, que quieren volver a vibrar con los acordes, ajenos a las luces de neón que confunden a los divos. Nunca, de verdad, había leído sentimientos tan personales dedicados a unos músicos. Los fans, que les llaman por su nombre de pila, saben el resto que han dejado detrás de tanto esfuerzo.
Tal vez económicamente no compense, y eso es frustante ya lo sé, pero el orgullo, la credibilidad y la sensación de las cosas bien hechas también pesan mucho en las alforjas del viaje. A veces, la vida te demuestra que sólo hace falta ajustar bien la antena y que la señal, esa que a todos nos hace falta, está más cerca de lo que nunca habíamos creído tenerla.
Josema, Jesús, Carlos: Suerte. Nos vemos en el próximo concierto.
5 comentarios:
Es curioso que seas fan de un cantante de un grupo de rock y que venga a tomar cafe a tu casa porque es el marido de tu hermana y que lo veas en una entrevista en la tele o en el youtube en un video musical o que veas una película y su canción sea de la banda sonora.Espero que tengais suerte con el nuevo disco y que internet sea el márquetin que DRO siempre os negó.Un comentario del protagonista no estaría mal aver si se deja caer.
Yo siempre pienso lo bien que me sentiría si a mí me viniese alguien a darme las gracias por haberle aportado a su vida alguna emoción - alegría, tristeza, euforia... -, por haber podido cambiar el estado de ánimo a los demás, sin conocerlos.
En muchos de sus conciertos he visto como se ha hecho feliz a mucha gente. Recuerdo con mucho cariño el concierto de la Sala Galileo en 2005, o aquel Espárrago Rock de Granada y el Doctor Festival en los Pirineos (concierto del que me queda de recuerdo 7 camisetas iguales en el fondo de armario de Josema), vestidos en ambos de "superhéroes" (modelo diseños de Pepi Mayo), y la verdad es que aunque la profesión tiene su parte mala, ya que es muy dura y económicamente poco agradecida, pero en la larga trayectoría que yo he vivido de cerca, hay momentos verdaderamente inolvidables
Muchas gracias por ese repaso de una historia a través de los sentimientos. En este caso hay que romper una lanza a favor de internet.
Con lo dificil que es hoy dia vender discos, la red hace lo que no hicieron en su dia grandes compañías discográficas. Incluso llega mas lejos, nos da la oprtunidad de leer las sensaciones que produce una canción nuestra al ser escuchada. Al fin y al cabo el trabajo del músico es producir sensaciones.
Charlamos con nuestros seguidores como lo que son, AMIGOS.
Josema
Da mucha rabia ver día a día como se enriquecen en los medios gente que no ha hecho nada en la vida y que en su curriculum sólo consta ser "el o la que quiso ser la novia de alguien que a su vez fue novio de...", y en cambio gente creativa, con ideas dentro de su mundillo sea el que sea, no tiene la oportunidad.Pero, por desgracia, así está montada la historia. En cuanto a lo demás: el reconocimiento, las sensaciones, los escenarios...¡das una envidia!
Como he leido en el facebook, los pelos de punta
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