domingo, 21 de marzo de 2010

EL PODER DE LA MÚSICA

Ayer vislumbré en la prensa un titular de éstos que ves al pasar como de reojo y que te retumban en la cabeza, como el fondo rojo del stop señalizador del sobresalto.
Por lo visto en Filipinas, donde la afición al karaoke ha tomado carácter de deporte, ocio o entretenimiento nacional, como queramos llamarle, han tenido que retirar de los locales habilitados para esa actividad, la canción My way de Frank Sinatra.
Al parecer, seguí leyendo cada vez más ávidamente por lo insólito de la noticia, la mala interpretación de esa canción en concreto, ha sido el motivo más recurrente para iniciar peleas que han acabado al menos en media docena de asesinatos y no se sabe cuántas lesiones de esas con las que la noche acaba en Urgencias.
En el mismo períodico que recogía la información del "New York Times", se añadían las palabras de un archiconocido cantante amateur filipino y el tío añadía con frialdad y supongo que con un gesto circunspecto: " Me gustaba My way ( A mi manera en traducción made in spain), pero después de todos los problemas he dejado de cantarla porque puedes acabar asesinado." Como dice una amiga mía con un acento castizo: pa mear y no echar gota.
Pido disculpas sinceras por la ordinariez de mis palabras, pero no me negareis que la cosa tiene mandanga.
Yo estaba intentando imaginarme la escena. El muchacho filipino en el escenario, interpretando en esa mezcla explosiva de inglés y tagalo que se habla por aquellos lares, una versión de la canción a mi manera, cuando alguien decide de pronto que sólo hay una manera de cantar a mi manera y que eso se arregla con la brutalidad de la fuerza.
Es curioso que la música que siempre nos hizo creer que amansaba a las fieras, tenga también el poder de inyectar el veneno de la furia en la gente y que la letra de una canción que cuenta la leyenda de aquel que vivió asumiendo los golpes sin ceder ni un ápice de la dignidad de su piel, sea el epitafio, la crónica de la muerte anunciada de un valiente que cometió el error de no afinar bien una nota.
Realmente, a veces, este mundo en el que vivimos se me hace tan extraño que me obligo a buscar desesperada el botón del "yo me bajo". Cómo es posible que alguien sea capaz de apagar una vida, simplemente porque no es de su gusto la banda sonora que la acompaña. Cómo explicar luego a su gente que el chaval se mató con el de al lado por pretender parecerse a Sinatra.
Lo que ocurre es que después vuelvo aquí, al lugar dentro de mí donde las cosas permanen en orden y donde soy capaz, con libertad, de tararear en cualquier karaoke.
Os dejo la versión "buen rollito" de Robbie Williams porque madre mía si un bruto de esos oyera la de una servidora...MIEDO ME DA...


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo he cantado alguna que otra vez en los caraokes,siempre el mismo tema,"borriquito como tú",gracias por la informacion ya sé que si alguna vez voy a filipinas no debo subirme al escenario,si por cantar "my way" te asesinan,por cantar "borriquito como tú" te matan a pellizcos,o quizas triunfe como la "Macarena".¡¡¡¡SALUD!!!!

geli dijo...

Y eso que dicen que si sacas un paquete de "filipinos", te salen muchos amigos. Será que los filipinos con boquete no tienen tan mala leche, jeje

Mamen Orcero dijo...

Yo estoy en que por cantar borriquito como tú, le ponen tu nombre a una calle. Avenida Primu Ullero. No estaría mal

Mamen Orcero dijo...

Oye, abusando de vuestra confianza, por favor si veis que no estoy, dadle de comer a los peces, por fa...

Anónimo dijo...

Primu Ullero no,es Primu Useru a mucha honra.Allá por la década de los 80 tenía un compañero de clase que se llamaba Jose Luis Lucero mas conocido como Johnny Lucero y otro llamado Alberto Grima,hay gente que le cuesta pronunciar la R a otros le cuesta pronunciar la D a otros la L... el caso es que Grima no pronunciaba bien ninguna de ellas,es por eso que tanto a mí,Antonio Orcero,como a mi amigo Johnny Lucero nos llamaba igual;Useru.Un día a mi amigo Johnny y a mí nos dio por decirle al Grima que eramos primos,los primos Useru.A partir de ahí cada vez que nos veía a uno de nosotros nos preguntaba en automático "¿y tu primu Useru?",que se tragara lo de que eramos primos era absurdo ya que el resto de la humanidad nos llamaba, a mí Orcero y al otro Lucero y si aun no estaba seguro,en cualquier listado de clase venía perfectamente deletreados nuestros totalmente distintos apellidos.Pero él se negaba a creer que le hubieramos engañado,de hecho,a pesar de que le perjurábamos que le habíamos mentido,cansados ya de escuchar la cansina preguntita "¿y tu primu Useru?" cada dos por tres,no daba su brazo a torcer.Llegamos a pensar que además de tener un curioso acento anglosajón de la Ardila,tenía problemas neuronales.He de ahí mi apodo y que sepais que por ahí anda un tal Johnny Lucero que es mi primu.Os animo a que expliqueis vuestros apodos por ridícula que sea su explicacion.P.D. Mame prometo no fastidiarte mas los hilos desviando los temas a cosas que no tienen nada que ver.

Mamen Orcero dijo...

Ja, ja...yo sabía que a la historia tuya y de tu "primo" no podías resistirte.
En cuanto al hilo de la conversación ¿conoces tú alguna reunión de amigos en la que la conversación mantenga un hilo coherente mucho rato? Si al final nadie sabe por donde se empezó. Por lo menos aquí en Andalucía, donde todos queremos hablar a la vez y contar nuestra anécdota...no hay manera

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