Sé que mañana la alarma del
despertador dejará un aroma a despedida que inundará toda la casa. No será un
olor agradable y dulzón como el de la fruta recién cortada, ni siquiera fuerte
y oscuro, como el del humo del café. Estoy segura de que mañana el aire se
impregnará de un olor agrio, de un sabor áspero, de un ligero amargor del que
se agarra a la garganta y la atenaza con fuerza.
Ayer ya hubo tiempo para los
adioses regados con cerveza fresca y anécdotas para recordar; mañana será el
momento de recoger los últimos caramelos del cajón de la mesa compartida, los
primeros números de teléfonos que aún no habíamos apuntado en esa agenda que
nos vertebra la vida.
Así, con un aire gris -pensaré
cuando el soniquete del reloj me revolotee por los oídos- de esta manera tan cotidiana y a la vez tan
tristona termina aquello que empezó, este tiempo de trabajo que me ha devuelto,
por unos instantes, a la vida.
No me gustan las despedidas, los
que me conocen lo saben. Siempre me marcho de los lugares antes de que me pille
la tristeza desprevenida, antes de que el pellizco de la melancolía se dé
cuenta de que me siento desvalida. Por esa misma razón he decidido escribir hoy
este adiós que probablemente mañana no diré, porque quiero hacerlo antes de que
empiece el tiempo del descuento hacia atrás en los minutos, antes de que toque
aguantar el tirón y hacer como que nada importa nada; mucho antes de que
necesite mantener engañado al corazón.
Os deseo toda la suerte del mundo "compis".
3 comentarios:
Muy bien expresado. Sabes que el sentimiento que nos expones es compartido por todos. Un honor trabajar a tu lado, y al lado de nuestros compis, los mayores, y los menores.
"Mucha mierda", como dirían aquellos actores y actrices de raza de los viejos carteles del Real Teatro catalogados recientemente, para ti y para todos.
Seguimos en contacto, Mari Pili.
Alejandro L. R.
Todo un honor, amigo
Trabajar contigo es una delicia Mamen, sigues dejando buen recuerdo allá por dónde vayas porque eres una persona excepcional.
Entiendo que te cueste despedirte, pero mira siempre el lado positivo, y como decía una vieja canción "... Pero es mejor querer y después perder que nunca haber querido..."
Pues eso, que la experiencia que has vivido se queda contigo.
Ánimo, ya verás como sale otra cosa.
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