sábado, 9 de enero de 2010

LAS REBAJAS

En la vida de cada cual hay preguntas que nos acompañan desde siempre, desde que tenemos uso de razón. Y a no ser que alguien algún día nos las responda, quedarán por siempre alojadas en la parte del cerebro que rige lo incomprensible, en el área de la conciencia filosófica que nos sale a la luz después de unas copitas, para risa o por lo menos asombro de nuestros compañeros de tertulia.
Una de esas preguntas que acuden a mí en estos días que vivimos es aquella que dice: ¿hay alguien a quien realmente le guste ir de rebajas?
Y es que si verdaderamente existe ese alguien, si ésto es algo más que una mentira urdida por las altas instancias y se descubre que hay "personas humanas" que realmente acuden a los centros comerciales de turno, con buen ánimo y decididas a dejarse la cabeza y la paciencia en el embite, ruego por favor a quien corresponda, me haga llegar la dirección o el teléfono de algún representante de esa especie, para presentar ante él o ella mis respetos.
Sé que la leyenda cuenta que existen, que hay gente en esta "España que bosteza" que disfruta de lo lindo en estas fechas, y que se siente cómoda y confortada recorriendo tiendas que parecen haber sido asaltadas por las tropas de Atila en sus mejores tiempos, y que no pueden ocultar la sonrisa cuando consiguen atesorar, de un zarpazo, la última chaqueta de moda elevada a la categoría de ganga por un módico precio.
Yo reconozco que no valgo para las rebajas. Voy transitando comercios en los que nunca compro nada, tan confundida por la luz blanquecina y la música que confieso que alguna vez he dudado entre llevarme una blusa o, como dice un amigo, pedirme un gin tonic.
La mayor parte de las veces, incluso he sentido miedo ante la mirada inquisitiva de la señora que observa la prenda que tengo en la mano, mientras, con la imaginación que me caracteriza, me retiro acobardada, recordando el último documental que vi sobre el guepardo o aquel del pingüinito al que se quería comer la orca, en ese programa tan interesante de la 2 que me empapé, mientras vosotros os tragábais la crónica rosa de Mariñas.
Este año, para variar, mis rebajas han sido un desastre. No encontré ni el estilo ni la talla. Sólo me queda esperar que también estén de saldo en la farmacia, porque eso sí, en aspirinas seguro que voy a tener que gastarme un pico.

12 comentarios:

laeulalia dijo...

¡Si que existen, si! Hay genta "pa to'" como dicen los de pueblo y la hay a la que le gusta dejarse la piel (y la cartera) en esos dias.

A mi me pasa lo que a ti, nunca encuentro la talla, si siquiera en zapatos, ya que las tallas "normales" han desaparecido antes de que empezaran.

Recuerdo un dia en que habia quedado con mi hija en el centro comercial, en la tienda de Zara, en época de rebajas. La encontré mirando prendas y en cuanto me vio me dijo: "¡Anda, salgamos de esta tienda de anoréxicas!"

Como ves he entrado a tomarme mi cafelito.
Un abrazo.

Mamen Orcero dijo...

Eulalia, muchísimas gracias por dedicarme un ratito de tu tiempo y pasarte por aquí. Espero que cuando te apetezca te des una vueltecita y nos dejes alguno de tus relatos que ya he visto que a tí también te gusta jugar con las palabras.
En relación con las rebajas, tengo que decir que el otro día encontré una blusa de la 42 en Berska (ni siquiera sé muy bien como se escribe de lo poco que uso sus bolsas) y se me salieron dos lagrimones, oye.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber esos truquitos que la gente practica en época de rebajas,sé que hay algunos que devuelven los regalos de reyes y con el ticket compran cosas que están en rebajas.Yo quise devolver el carbón pero no quisieron.Estoy deacuerdo con mame en que hay tiendas en bahía sur con los tecnotronick a toa voz chumba chumba que parece un pafeto a las 4 la mañana,to lleno de metrosexuales con cresta y depilados dejando entre ver sus calzoncillos Kalvin Klein.¿Donde quedaron los calzoncillos blanco nuclear,de algodón,amplios y de cuello alto con aberturas laterales delanteras?

Mamen Orcero dijo...

Será antiguo el tío.
Esos calzoncillos los siguen vendiendo en algunas de esas tiendas con solera en las que ya compraba abuela y en las que puedes encontrar la ropa interior blanca, los delantales con tiras bordadas, la batita de guatiné y otras lindezas del mismo tipo.
Es curioso pero ese tipo de tiendas las hay en todos los géneros. Todos conocemos en donde vivimos una pastelería que todavía hace las tartas con fruta escarchada y cabello de angel por dentro. El merengue está para hacerle con él una brecha a alguien en la cabeza, pero nos trae recuerdos de la infancia

Mamen Orcero dijo...

Por cierto, que se me había olvidado, no perderos el comentario de Mili sobre los Reyes Magos de Cádiz porque yo todavía me sigo riendo cada vez que me acuerdo.

Mamen Orcero dijo...

¿ Alguien de verdad cree que la ropa que sacan en las rebajas es la misma que estaba en la tienda un día antes? A mí me da la impresión de que la tienen guardada en cajas desde que yo era chica (que ya hace...)

Ken Mapitas, aka El Monhe dijo...

Me declaro miembro del clú: de compras ni muerto. Me cuesta la misma vida, así que no puedo opinar de las rebajas en particular. Creo que sólo he comprado en rebajas una vez, y fue de casualidad, porque coincidió que me las encontré cuando entré, un único artículo. Las escasas veces en que penetro en territorio hostil, voy a tiro hecho, habiendo pensado lo que necesito, y a ser posible, habiendo consultado vía internete precios, modelos, y ubicación en un mapita...
Y declaro mi "estilo" de vestir ecléctico: fruto a partes iguales de los distintos regalos que voy recibiendo de amigos y familia, y de la ropa que compro, generalmente camisetas friki que me entran por los ojos. Y aunque admiro a los profesionales de las compras, esos que dominan a la perfección los truquitos que decía primu, no tengo el ánimo para cambiar mi forma de ser y adaptarme a toda la parafernalia que llevan asociada las rebajas: simplemente no me merece la pena. Soy un prenda.

Mamen Orcero dijo...

Oye, soy admiradora de tus camisetas. A lo mejor puedes apuntarte a las rebajas en internet. Si buscas, seguro que lo encuentras.

Anónimo dijo...

Me declaro fan convencido de mapitas,su forma de ver la vida encaja perfectamente conmigo,es más, creo que haríamos buena pareja,compartiríamos fondo de armario y nos regalaríamos mutuamente ropa friki en nuestros cumpleaños.Todavía uso camisetas "fosforitas" de los acid house(las caritas tristes y alegres) de cuando tenía catorce años.Creo que llevo unos treita y tres años sin comprarme ropa,sobreviviendo,cuando era pequeño de lo que me compraba mi madre, y ahora de lo que me compra mi santa esposa,la persona que más quiero en esta vida(¿se nota mucho que últimamente entra en ésta página y lee lo que pongo?).Por cierto,no se en qué estaba pensando cuando afirmé en el otro post que mi santa esposa es alcoholica y le roba la copa de anís a los reyes magos por la noche,incluso niego rotundamente que una vez me jurara que los camellos tambien bebían anís y que tenía que poner tres cubos para que llenaran la joroba.

Mamen Orcero dijo...

Esto se me va de las manos. Esto de compartir fondo de armario de primu con mapitas está fuera de los límites de las perspectivas con las que me planteé este blog. Espero que mi "santa cuñada" ponga orden en este despropósito. Sería ideal que mi amigo Josema Bob Esponja entrara en el trío porque si se trata de camisetas frikis, todavía llora la ausencia de una que hizo trapo del polvo su madre con un letrero que rezaba: Panda, amigo para todos (refiriéndose evidentemente al Seat Panda)

geli dijo...

Bueno, para poner un poco de discordia, aquí estoy yo, aficionada a las rebajas, ea!
Pues sí, lo confieso, antes nunca encontraba nada al ir de rebajas, todo lo veía antiguo y nada me sentaba bien, terminaba aburrida y a la tercera tienda que visitaba daba por finalizada mi búsqueda, y me iba a algún barecito a tomar un "refrigerio", una cervecita acompañada de una tapita para quitarme las penas.

Pero ahora no, llevo un par de años que oye, no sé, todo lo que veo me gusta, y para que contar cuando paso por un escaparate de una zapatería, los ojos empiezan a darme más vueltas que a Marujita, el poder hipnótico de los tacones me llama. Creo que desde que conocí los Factory me he especializado en comprar a saldo y ya me da pena gastarme más de 10 o 15 euros en algo de ropa.
En fin tengo un fondo de armario que pá qué, vamos si algún día se decide el primu, lo comparto.

Mamen Orcero dijo...

Hombre, se me había olvidado a mí el poder de los zapatos sobre esta tertuliana. Doy fé de que en un Factory es más peligrosa que Mr. Bean manejando un petardo. Creo que la última vez que estuvimos, sólo le faltó entrar en la tienda de las corbatas y porque su consorte es más bien de vestimenta casual. Ahora, llamativo llamativo el temita de los zapatos, creo que tiene una colección que ni la filipina.

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