miércoles, 17 de marzo de 2010

ÉRASE UNA VEZ

Siguiéndole el hilo a un comentario y animada por la curiosidad de unos contertulios amigos, me veo obligada a rescatar del olvido, el apartado más oscuro, la obra menos reconocida a la par que más ridícula de toda mi "afamada" vida literaria.
Para ponernos en situación, todos teneis que imaginaros una casa donde después de tres chicas, hace su aparición el esperado y deseado portador del apellido, ese del que mi madre a día de hoy sigue hablando como: mi niño, el pobre.
Lo que el niño decía cobraba fuerza de ley, lo que la criatura pedía...bueno qué os voy a contar.
Un día, mi padre comentó en casa que la Asociación de Vecinos del Barrio había organizado un concurso de cuentos navideños, con un buen regalo para el primer premio.
Con la palabra regalo, mi hermano pequeño arqueó la ceja y la madre salió en su defensa: ¡anda, échale una mano al pobre! (Léase en tono meloso).
Y allí, la menda, trabajadora en negro de todos los discursos, boletines, eventos y otros vaivenes de las distintas asociaciones a las que pertenecía mi familia por ambas ramas, se puso manos a la obra.
Sabido es que aunque ahora la vida es más sofisticada y en las fechas del villancico cada uno se lleva en el carro el dulce navideño que le apetece, en esta época de la que hablo, la Navidad llegaba a mi casa en una caja surtida que se colocaba en un cajón del mueble del salón y de la que todos íbamos disponiendo, según las necesidades dulceras de cada cual.
El final del sarao se repetía cada año, cuando allá por febrero echabas mano al cartón maltrecho y ...¡caramba!, sólo quedaba el de coco, sabor que por supuesto era el que no gustaba a nadie.
Ese pobre polvorón de coco siempre me pareció un personaje digno de un cuento. Era alguien triste, melancólico...que ve llegar el verano y se queda solo, sumido cual Bambi en la profundidad boscosa del mueble de mi madre. (Por cierto, hasta ahora no me había dado cuenta del daño que hizo a mi intelecto Walt Disney).
No puedo reproducir aquí, porque no conservo el documento gráfico, cómo se desarrollaba aquella tristona historia en la que el pastelito se preguntaba por qué los humanos no terminaban de hincarle el diente. Pero sí puedo contar que el niño ganó el concurso, que el lote de libros que para su desgracia era el premio, no se lo leyó nunca y que aquella historia ridícula me acompañará, por lo que veo, para los restos.
Pero como los males nunca viajan en utilitarios pequeños, no quedó la cosa aquí. Muchos años después, una prima graciosilla que tengo, me llamó un día muy afectada (de risa claro) para decirme: que sepas que el polvorón ha vuelto a ganar un concurso. Mi niño tenía que escribir un cuento en el cole y mira oye...un éxito.

23 comentarios:

geli dijo...

¿te acuerdas del cuento del rival? ¿aquel que decía "...y el Rey hizo lo propio".
Bueno no quitemos mérito al niño que al siempre le gustó inventar cuentos. Y, ¡Casi todos nos los hemos ido creyendo!, jajaja.

Miguel Ángel Reyes Oliva dijo...

cuento cuento yo creo que no tiene mucho, lo que si creo que tiene es una vida paralela, de la que el único que sale vencedor es él, cuidado con el alvariño....

Mamen Orcero dijo...

Todavía recuerdo cuando un tío mio tenía un cargo en una cofradía y yo le escribía su texto en el boletín que sacaban en Semana Santa. Cuando mi padre estuvo en la Asociación de Vecinos, se les ocurrió sacar una publicación y eso era ya delirante porque yo escribía la introducción en nombre del presidente, las palabras de bienvenida en nombre del secretario... ja, ja la verdad es que tenía más afición que vergüenza.

sara dijo...

Pues sí, esa soy yo. No sólo me comí gran parte de esa caja de polvorones sino que hice uso fraudulento de esa obra literaria. La verdad sea dicha, nos reímos un rato cuando lo hablamos.
Aprovecho para saludar a toda la family y amigos que andamos por aqui.

Anónimo dijo...

Noto un acoso significativo hacia "el niño" cuando en realidad yo he sido el perjudicado de toda esta historia,repito que actualmente necesito de ayuda especializada para superar los traumas infantiles causados por mis hermanas y posteriormente por mis cuñaos,además,sí que me leí los libros,desde que me los dieron no veía el momento de llegar a casa y devorarlos,disfruté leyendo las historias de la coleccion de novelas de "los cinco",la enciclopedia de "el cuerpo humano" y sobre todo con el "gran diccionario de sinónimos y antónimos",de hecho han sido determinantes para mi posterior formacion profesional y humana.Por cierto......QUE GANAS TENGO DE VER SALIR A LA BORRIQUITAAAAAA.

Mamen Orcero dijo...

Ja, ja...como van saliendo a la luz los protagonistas de esta historia...la del fraude, el del trauma infantil...anda que la familia es para hacer un estudio.

geli dijo...

Sara ese año no te comiste parte de la caja, entre las dos nos comimos unos 12 kg,jijiji. Que buenos tiempos, tan jovencitas y con los nervios que teníamos las dos, nada se iba para las pistoleras, dos canijas. Un besito, y a ver si llega ya el veranito y hacemos "encuentro" familiar, jeje.

Un día tenemos que hacer la Gran Quedad de Foreros, y a ver quien da la cara!

Mamen Orcero dijo...

No es la primera vez que alguien deja en el aire la posibilidad de una reunión veraniega de miembros de la tertulia. Habrá que estudiarlo...

Unknown dijo...

lo de los polvorones no lo conozco, pero sí todo relacionado con los bombones, cualquiera de vosotras devora una caja entera sin dejar que nadie, repito nadie se acerque a coger uno. Así que cuando uno puede cojer uno, pues coje dos.
En cuanto al del trauma infantil, jajaja, lo que yo digo una vida paralela.

Y a la escritora en la sombra, hora era de que salieras del armario, y por cierto YO NO TOMO CAFÉ!!!!, que queda para mí entonces???

fam dijo...

Primu, fijo que tienes el cuento y tu trauma no permite publicarlo aquí.. sólo te digo que podría ser una terapia decisiva, enfrentarte cara a cara con él.. no soy persona hasta leer el relato del polvorón de coco!!! Mamen.. manos a la obra, siempre puede haber una segunda vez... lo siento pero con esta entrada no nos has dejado satisfechos.. POLVORÓN DE COCO YA!!!!

Anónimo dijo...

Hija mía, que arte hacer del polvorón solitario una tertulia tan buena. Me ha encantado.
(Soy lucía poole y mi torpeza me impide firmar como Dios manda). Besos

Mamen Orcero dijo...

Intentaré contestar por orden de llegada porque como siempre me hace mucha ilusión.
Miguel Angel,sé que tienes la espinita de la merienda del pasado fin de semana en la que no tenía refresco alternativo para el que odia el café. Procuraré que no ocurra pero no dejes de venir a la tertulia.
Querida Mili, por lo que tú más quieras, no me hagas vivir un déjà vu (o deyaví que es un término que se lleva mucho ahora)reinventando otra vez aquella historia, mala, muy mala. Hombre, igual me animo y el año que viene sirve de letra para la chirigota del mapitas.
Y Lucía, gracias de verdad a tí y a todos por acercaros por aquí. No sabes la ilusión que me hacen los comentarios que me recuerdan que después de mis palabras vienen las sonrisas de los amigos. Estoy encantada.
Besos para todos. Ya estoy pensando en la próxima.

Anónimo dijo...

Yo estaba de vise en aquella AAdeVV.la entrega de los premios fué para un concurso de redacción y cuento de navidad en la que se invito a un teniente de alcarde,a un periodista,y a un profesor,estos fueron revisados en sobres con el nombre de un personaje de comic,resulta que también concursó un sobrino al que por lo mismo le echaste un cable,el que entrgaba los premios fué el alcarde de aquellos años 70 y se quedo asombrado, cuando los primeros premios heran para el mismo apellido.

Anónimo dijo...

POR ERROR PUSE AÑOS 70 EN VEZ DE 8O-90 PERDON

Anónimo dijo...

Miguel Angel,tú nunca pillas los bombones porque a esas horas de la sobremesa siempre estás dormido,llego a saber lo que iba a dar de sí el polvorón de coco y lo saco en el hilo de la navidad.¡¡¡¡ARRIBA EL POLVORÓN DE COCO!!!!¡¡¡¡ABAJO LA HOJALDRINA!!!!

Mamen Orcero dijo...

Yo no me acordaba que también ganamos el segundo premio...ja, ja, ja. Supongo que el jurado andaría loco pensando como habíamos hecho para que los premios los ganaran los primos con el mismo apellido que el vicepresidente de la Asociación, si había eso que en literatura se llama sistema de plicas con sobres cerrados y demás. Ahora, ya lo que no recuerdo para nada es la temática del segundo cuento. Conociendo la del primero...para llorar seguro.

mapitas dijo...

Pues a mi me gustaban los polvorones de coco, en mi casa los marginados eran los roscos de vino y los polvorones de limón...no se puede ser profeta en todas las tierras (o algo así).
Por cierto, no puede ni imaginarme crecer en una casa con TRES hermanas, comprendo completamente a Primu y sus traumas

Mamen Orcero dijo...

Hombre, ya echaba yo en falta a alguien que defendiera a nuestro primu y no podía ser otro que su compañero de generación. Hemos sido tres hermanas estupendas, siempre aconsejándole por su bien...

Anónimo dijo...

Mapitas no sabes el infierno que ha sido mi infancia,me inmovilizaban para hacerme cosquillas hasta que me faltaba la respiracion,me pintaban todo el cuerpo a bolígrafo hasta el punto de que mi padre llegó ha pensar que yo era gay,incluso me engañaron de tal forma que firmé un documento en el que afirmaba ser Candy-Candy,y un sin fin más de horrendas torturas no aptas para mentes inocentes e indefensas como la mía.¡¡¡¡SALUD!!!!

geli dijo...

¿Te acuerdas primu la época que te dió por el kárate y decías que eras un "Ninja Yan Sén" (ni idea de cómo se escribirá), y yo te llamaba "niña Mª José",, jajaja los cabreos que te pillabas.
Y cuando te dije que firmaras un papel (en blanco) porque me encantaba tu firma, y luego rellené el resto del papel con "Afirmo ser Candy Candy, y el pequeño saltamontes, enano, cabezón,,, y un sinfin de bonitos apelativos?. ¡Que buenos tiempos!

Anónimo dijo...

Lo de buenos tiempos lo dice la torturadora ¿no? porque lo que es el torturado...no lo creo

Anónimo dijo...

jajajaja,niña maria josé jajajajaj,no me acordaba,jajajaja.¿Quien va a ir a comprar el paquete de pipas y el regaliz para ver la película?(normalmente una de tarzán en la que siempre se caía un negro por un precipicio o una de cawboys)Antonioooooo!!!!,No que no llevo la camiseta puesta y me da verguenza.Pues ya te estás poniendo una y vete pa el kiosco.jajajajaja.

Mamen Orcero dijo...

Es verdad. Lo mandábamos a comprar pipas y regaliz para ver la peli.Entonces,la sesión de tarde de los sábados no era una true story de estas en las que siempre hay un vecino amable que acaba siendo un sicópata asesino, sin familia conocida y que acaba de llegar a la ciudad...tengo que hacer una entradita de cine...lo echo en falta.

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