Hace apenas dos días vi a mi hijo de diez años hacer sus
deberes (la tarea que decimos los andaluces) de la asignatura de Ciudadanía.
El chiquillo andaba un poco despistado más en la forma que
en el contenido con unas actividades y yo, por la curiosidad de lo que se
viene hablando estos días, le eché un vistazo a lo
que hacía.
Andaba leyendo un texto que trataba la autoestima. En él se
le contaba a los niños, a modo de moraleja, la historia de un chico llamado
Agustín, al que los compañeros de clase habían conseguido bajar la autoestima a
fuerza de hacerle ver muy clarito que no era tan estupendo, tan delgado ni tan
extremadamente listo como la mayoría de ellos.
Detrás del cuento, el trabajo consistía en unas preguntas
sobre la moraleja, donde la finalidad, como todos entenderéis, era la que fue,
que mi hijo acabara reconociendo que la situación tiene tintes de realidad y
que le quedaban muy cerquita los casos de compañeros de clase a los que ya se
les está tratando así, simplemente porque son o porque los demás sienten que
son diferentes en su aspecto, comportamiento o color de piel.
Después de saber que la asignatura va a ser sustituida por
otra con menos componente ideológico, como dice nuestro ministro de Educación, yo
no hacía más que preguntarme qué parte de esta ideología es la que tanto
molesta a este señor y qué es lo que chirría de esta enseñanza que ha
llevado a tantos padres a pedir la objeción.
Es curiosa la situación. Resulta que en España, o al menos
en Andalucía, se le dan subvenciones cuantiosas a colegios concertados cuya
ideología religiosa queda patente y, diría yo, orgullosamente lucida por los
padres de las criaturas. Y en este caso, a pesar de circular dinero público, es
decir de todos, no hay posibilidad, si el cole te toca porque lo tienes al lado
de casa, ni de objetar ante la asignatura religión que en este caso es
obligatoria, ni por supuesto protestar por un uniforme con pantalones
Corte Inglés y jerseicitos bordados. Sólo
te queda, si no te mola el ambientillo, llevarte a tu crío al próximo
colegio que pille más cerca, aunque la distancia se mida en hectáreas.
Pues la verdad es que no entiendo como es posible que el
politiqueo cansino de los partidos convierta a la gente en ciega cuando se
trata de sus propios hijos. No creo yo que hablar de solidaridad, de educación
en el más primitivo sentido de la palabra y de valores ciudadanos pueda nunca
hacer daño a nadie.
Ya he comentado alguna que otra vez que yo no soy religiosa. Pero tengo que decir que curiosamente y aunque parezca una incongruencia, nunca me
he negado a que mis hijos den religión. Mientras que han sido pequeños y yo tenía
el deber de elegir, siempre les he marcado esa opción, en parte porque el
colegio no ofrecía una alternativa adecuada, y sobre todo porque sé que a nivel
de asignatura, todo lo que iban a aprender es bueno, todo lo que iban a sacar
de allí eran valores que algún día, independientemente de la ideología que
profesen, los van a hacer mejores personas.
Me parece a mí que el mundo está bastante revuelto ya para
crear conflictos que no tienen sentido. Qué más da como se llame la asignatura.
¿Con qué moral se van a enfrentar los autores al nuevo libro de texto? ¿Qué van
a decir ahora? ¿Que hay que respetar a los demás? Pues, a buenas horas…
En fin, como siempre la política y el poder por encima del
sentido común. Una crisis que no permite aumentar la plantilla de profesores,
pero eso sí, asignatura nueva, formación nueva, libros de texto sustituidos. Todo
sea en nombre de la arrogancia más atrevida.
11 comentarios:
Cada uno es libre de educar a sus hijos como le parezca, pero en mi humilde opinión matricular a los niños en religión no es una buena opción. Creo que debemos fomentar en nuestros hijos unos valores racionales, sin supersticiones ni dogmas y donde la moralidad autónoma les haga libres, equilibrados y felices.
Bien pensado y con la Constitución en la mano, la religión debería formar parte de lo privado. Yo creo que deberían ser las Parroquias, en el caso de la religión católica, las que se encargaran de las catequesis; de esa manera no habría problemas con las distintas confesiones en los colegios. Hay que entender que España cada vez es más plural y no sólo por la población inmigrante sino porque estamos más abiertos al mundo.Pero de momento, la alternativa en las escuelas es muy pobre. No hay recursos y por lo tanto o das religión o pones a los niños a hacer la tarea o a pasear por el patio y eso no es lo que quiero para ellos.
En mi caso, la religión que reciben mis hijos en el colegio siempre ha sido de mi agrado: le muestran todos los tipos de religiones, hablan de paz, de solidaridad y la verdad es que esos valores siempre son bien recibidos vengan desde donde vengan. El día que no sea así, me plantearé otra cosa.
Gracias Pedro por tu valentía, comprendo que hay temas de los que todavía cuesta opinar, pero pienso como tú que desde el respeto se puede hablar de todo.
Me gustaría decirte, al nuevo contertulio, que no me gustan los "jaque mates" de ningún tipo. Creo que todos los argumentos son válidos siempre que las formas sean válidas también y me parece que ni la religión ni la ideología política ni por supuesto la forma de pensar de una persona deba ser llamada basura por el de enfrente.
Gracias, de todas formas, por dejarnos tu opinión.
Hola, Mamen: El tema de la enseñanza de Religión tiene mucha miga. Se me ocurren varias frases hechas o refranes: “No por mucho madrugar amanece más temprano”; no por mucha doctrina religiosa se es más practicante ni mejor persona.
Resulta que yo me he educado con monjas y curas desde los 6 hasta los 17 años, y como resultado de ello me casé por lo civil en pleno franquismo (el día 7 hizo justamente 42 años), mis hijos no han recibido ni bautismo ni comuniones. Si hemos entrado en la iglesia ha sido como apoyo y respeto hacia familiares y amigos que han contraído matrimonio o celebrado algún funeral.
El mí fue el primer matrimonio civil que se celebraba en Jerez al amparo de la Ley de Libertad Religiosa de 0ctubre de 1968, el segundo de España. Antes no se consideraba matrimonio a los casados por lo civil: se decía que eran “rejuntados” y carecían de derechos: no tenían libro de familia ni cobraban los puntos por hijo y matrimonio ni por familia numerosa y tenían dificultades para encontrar trabajo en la empresa pública. Yo inicié el camino para otras muchas parejas, y en el mismo año 1970 se casaron por lo civil 8 parejas después de nosotros.
Aún recuerdo las gestiones que hube que realizar (apostatar por escrito al vaticano y al Obispado, demostrar que no nos casábamos por estar mi novia embarazada ni sometida a presiones externas) y las críticas escandalizadas que hube que aguantar el día de mi boda, a la que sólo asistió mi madre y la abuela de mi mujer. La familia de ella no cesaba de aconsejarla que no lo hiciera, que yo me aprovecharía de ella y luego la abandonaría puesto que el único matrimonio válido era el católico. Mi cuñado no nos habla desde entonces. El Diario de Cádiz y La voz del Sur de Jerez me puso a caldo, diciendo que yo era miembro de una secta y que mi boda estaba programada y dirigida desde América para implantarse en España.
Fui yo quien cargó con todos los gastos: traje de la novia, tasas y facturas de gestorías, banquete para 65 personas...
El resultado es que mi matrimonio sigue en pie 42 años después, estamos unidos y nos amamos, mientras que la mitad de aquellos que me denostaron, católicos de misa y comunión, se han divorciado y algunos de sus hijos han tenido problemas de drogadicción y de otras clases. Los míos son respetuosos y cariñosos, no se drogan ni se emborrachan.
Lo que sí ha influido en mí es lo que aprendí con la asignatura Urbanidad e Higiene que se daba en los colegios en los años 50 a 60. La misma obligaba a levantarse en un transporte público y ceder el asiento a personas ancianas, inválidas o mujeres embarazadas; a ayudar a atravesar la calle a personas ancianas o ciegas; a respetar a los mayores, y sobre todo a los padres y maestros; a cumplir en el trabajo y respetar las leyes.
Cuando mis hijos entraron en la escuela, lo primero que hice fue habar con el director y solicitarle que con arreglo a la Ley no dieran clase de Religión a mis hijos ni le doctrinaran, que ya cuando ellos fuesen mayores eligieran su camino. En algunos centros no hubo problemas y lo enviaban a la biblioteca a leer o estudiar en la hora de Religión; en otros hubo de aceptarlo a requerimientos de mi abogado. Resumiendo: La educación moral religiosa no produce mejores ciudadanos, no hay más que ver la juventud que tenemos y cómo se comporta, se obtiene en el seno la familia y en la escuela estudiando Ética o cualquier otra que trate sobre el buen comportamiento en sociedad, sabiendo que nuestros derechos acaban donde comienzan los de los demás.
Perdona por el rollo, Mamen, ya lo corto, hija. Un beso
Me has dejado sin palabras Juan. Me quito el sombrero.
Desde luego doy fe de que en tu caso la asignatura de religión o la bendición del párroco no ha hecho falta para nada, lo demuestras cada vez que vienes por aquí con tus modales, tu respeto y tu saber estar. Te agradezco el comentario y sobre todo te agradezco la forma de expresarlo. Creo que toda tu experiencia queda perfectamente resumida en la frase que has dicho: la libertad de una persona acaba donde empieza la libertad de los demás. ¿Sabes que te digo? que todos los que renegaron de vosotros se han perdido tanto que en el pecado llevan la penitencia. Un beso Juan y de verdad que me alegro mucho de conocerte, de corazón.
Bueno, iba a comentar el texto que has escrito, pero decidí leer
primero los comentarios y la verdad es que me han impactado muchísimo y no sé por dónde empezar.
Por supuesto, Mamen, estoy totalmente de acuerdo contigo. Sobre todo, me hierve la sangre con el tema de los colegios subvencionados, que recogen el dinero público, para luego imponer y obligar a los padres que llevan a esos centros a sus hijos en temas como la religión o en esas aportaciones "voluntarias" que hacen que se separe en las clases los niños de clase A y los de clase B (a ver si Gemma añade algo sobre este tema, que está viviendo en primera persona).
A Pedro aprovecho para decirle que es cierto que se debería separar la religión de los colegios públicos. A mí no me parece bien que se pierda una hora a la semana en educar a los niños en la religión. Quien quiera que sus hijos reciban educación cristiana que acudan a las parroquias en horas extraescolares, sobre todo habiendo tantos temas mucho más necesarios, como educación el la igualdad, medioambiente, civismo, o incluso la autoestima, la concentración, etc, pero el problema es que al no ir a religión, no hay otra opción, así que se pasan una hora sin hacer nada (bueno a mi me está viniendo de lujo que mi hija haga las tareas en hora de religión y no traiga nada para el fin de semana, jeje).
Cuando he llegado al comentario de Juan, me he quedado impresionada. Creo que demuestras una enorme valentía. Yo no hubiese tenido el valor de llevar la contraria a todo un régimen autoritario, y tener a toda la familia, vecinos y amigos en contra, aunque el tiempo me diera la razón. Con personas como tú y tu mujer es como evoluciona el mundo y por supuesto a mejor. ¡Enhorabuena!
Muchísismas gracias por vuestras amables palabras, Mamen y Geli.Para mí encontrar tu blog, querida Mamen, ha sido como si un niño se encuentra una play station nueva en un montón de chatarra. Besos
Bueno bueno, la religión siempre crea polémica. Yo tengo claras mis creencias o mas bien mis no creencias, pero que el que crea que sea libre de hacerlo sin perjudicar a los demás y al contrario. En los tiempos que corren deberíamos dejar atras lo que nos corta la posibilidad de ver más allá.
Yo estudié en un colegio de curas y lo único que me enseñaron fue a rezar. Hoy las cosas han cambiado pero siguen intentando aparentar ser diferentes.
Hola Mamen, yo tampoco entiendo qué hay de malo en la asignatura de Educación para la ciudadanía. Tengo amigos que la imparten en colegios concertados y cuando hemos hablado del tema y me cuentan el contenido del libroy ni ellos ni yo encontramos nada "pecaminoso" ni mucho menos estos profesores "adoctrinan" a los alumnos en comportamientos inmorales. Conozco también varios padres que objetaron para que sus hijos no recibieran esta asignatura porque no querían que les explicaran a sus hijos con toda normalidad ciertos temas como que en nuestra sociedad actual hay varios tipos de familias y que todas son iguales de válidas, ya estén formadas por un hombre y una mujer y sus hijos o la familia sea dos hombres con sus hijos, etc. Yo no veo mal que se comenten estos temas en clase, simplemente se enumeran los distintos tipos de familias que se pueden dar.
Yo estudié en un colegio de monjas y guardo muy buenos recuerdos de mis años allí, no tengo ninguna queja al respecto.
Mi marido trabaja en un colegio concertado y me dice que sí es cierto que reciben subvenciones de la Junta, pero no tan cuantiosas como se dice, la subvención que reciben los centros concertados son con diferencia mucho menores que las que reciben los centros públicos, como es normal. Además llevan muchos años en los que la Junta no ha incrementado la cantidad destinada a los cursos que haya en el centro, sino que ha ido disminuyendo esa cantidad. Los profesores de centros concertados cobran menos que los de la pública, sus complementos como trienios o cargos directivos son con diferencia mucho menores que los de la pública, trabajan más horas y a pesar de no disfrutar de los mismos derechos que los profesores funcionarios sí tienen las mismas obligaciones y bajadas de sueldo y de complementos.
Mamen, en cuanto a lo que dices de qué no se puede objetar a la religión y el tema de los uniformes, por lo que me dice mi marido, en el centro donde trabaja hay padres que piden que no reciban sus hijos esa asignatura y se respeta su opinión, ni van a esa clase ni a los actos religiosos. No es el centro el que impone el uniforme sino que se decide en el Consejo Escolar que lo componen también padres y son muchos los padres que sin estar en ese consejo piden que haya uniforme. La gran mayoría de los alumnos que están allí es por petición de los padres ya que en la solicitud de inscripción estaba ese centro como primer lugar. Es muy raro que de "rebote" la Delegación de Educación ubique a un alumno sin plaza en un centro concertado antes que en uno público.
Otra cosa, el tema del donativo es totalmente voluntario, no es ningún impuesto revolucionario, y no se discrimina ni se beneficia a nadie en función de si paga o no el donativo. Así es en el centro que conozco y así debe ser en todos los demás, no me parece justo y ni legal que en otros sitios se lleve otra política.Ese dinero se destina al 100% a mejorar las instalaciones del centro, ya que con la subvención se cubren los gastos básicos como luz y agua, pero de ningún modo permite mejorar el material didáctico, pedagógico, informático o realizar las obras de mantenimiento del centro
Y ya para terminar, siguiendo el tema inicial de las reformas del nuevo ministro de cultura, me parece una falta de respeto y una mofa hacia los opositores a profesores que tras cambiar el temario en noviembre ahora llegue el nuevo gobierno y lo vuelva a cambiar alegando que los opositores deben dar saltos de alegría por volver al temario antiguo ya que en las vacaciones de Navidad no han estudiado . Qué poco sabe este señor de la vida de los opositores a la enseñanza. Yo he sido opositora de la enseñanza durante muchos años y entiendo el enfado de los afectados.
¡Vaya tela! , !Cómo me he extendido!
Bueno Mamen, como ves he vuelto con las pilas cargadas, ya estoy recuperada y disfrutando de poder volver tu tertulia, pero ya sabes, ahora para mí mejor un descafeinado. Un beso.
Encarni: hola, me encanta verte por aquí.
Me gusta muchísimo que hayas expresado tu opinión porque eres parte directa por el trabajo de tu marido. Tengo que decirte que el colegio donde él trabaja, por lo que conozco es otro mundo. No tiene nada que ver con algunos centros religiosos donde te puedo asegurar que la voluntad no es tal voluntad; donde han cambiado el jersey este año porque demasiada gente "hacía trampa", es decir lo compraba del baratito y lo llevaba a grabar,etc. Mi hermano, por darte un ejemplo, pidió que no le cobraran la voluntad por tres (tiene tres enanos), y sólo ingresa una cuota (que no es elegida, es un precio impuesto), así que a mis dos sobrinos de 4 años, le meten en la bolsita todos los meses un papel que le recuerda a sus padres que no han pagado, y todos los meses tienen que devolver los dos recibos de tres que por narices les cobra el Banco. En ese caso sí es una discriminación porque los niños crecerán y serán "los que todos los meses no pagaban y había que darles el papel".
En cambio, y no te lo digo por darte coba, je,je, tengo amigos con niños en el cole de tu marido y están muy contentos. Será como todo en la vida, distintas formas de hacer las cosas. Sólo tienes que ver que si en el vuestro, siendo religioso, todos los niños han entrado de forma voluntaria y algunos no dan religión, es porque no están allí por esa asignatura ni por convicción, sino simplemente porque el colegio es bueno y ya está.
En cuanto al trabajo de los profesores, me lo imagino porque hablamos de empresa privada y ahí estamos en manos de la patronal.
Bueno, guapa, me alegro de que estés bien y vuelvas a la carga. Je, je.
Un besito y un descafeinado de máquina que hay que cuidarte.
Totalmente de acuerdo contigo Mamen, los colegios no deberían impartir religión ni ninguna otra asignatura que trate de adoctrinar a los niños. Para eso, cada padre es libre de apuntar, o no apuntar, a sus hijos en catequesis o en cualquier otra actividad de acuerdo a sus creencias.
En cuanto a la asignatura de Educación de la Ciudadanía no puedo opinar, porque cuando empezó a impartirse, mi hijo ya había pasado esos cursos. De todos modos creo que si una asignatura enseña cosas cómo normas de educación, tolerancia y respeto a los demás no debe ser muy mala.
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